ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Reacción de Alfredo Despaigne, tras el jonrón decisivo ante Australia. Foto: del autor

«¡Sí podemos! ¡Somos más que ellos!» Son algunas de las frases que comúnmente se escuchan en los banquillos de cualquier equipo, para animar a su tropa, con la voz de los capitanes más alta que ninguna. En los deportes colectivos, un líder vale un campeonato.

El béisbol cubano cuenta con uno de esos jugadores que arrastra tras de sí la confianza de todos, lo cual ha logrado a golpe de largos batazos, a palo limpio.

Alfredo Despaigne, el ya imprescindible 54 de nuestro pasatiempo nacional, quebró las visiones limitadas que, en ocasiones, impiden el desarrollo de muchos talentos. Emigró de Santiago de Cuba, descartado para las hazañas con su madero, pero consciente de que podía llegar tan lejos como sus jonrones llegó a Granma, donde le abrieron los brazos y las puertas de los sueños.

Desde los juveniles marcó diferencias. Ya entonces en él podía verse el relevo de una generación gloriosa. Estaba hecho, desde que era un «fiñe», para destrozar pelotas, mandándolas detrás de las cercas con mucha facilidad. El béisbol cubano lo esperaba, y llegó para, con su bate y con un corazón en medio del pecho, definir partidos.

Su paso por las series nacionales, despachando cuadrangulares, lo llevó a la selección nacional desde 2007, en los Juegos del ALBA. En aquel certamen, frente a los venezolanos, en uno de esos choques en los cuales la adrenalina se desborda, fue el gran héroe. Tenía una pierna lastimada que apenas lo dejaba caminar; sin embargo, sus dos vuelacercas sellaron la victoria cubana.

El 2017 fue, sin duda, el mejor año de la carrera de Alfredo Despaigne. Ganó su primer título nacional con Granma, se coronó en la Liga Profesional de Japón, con liderazgo de jonrones incluido, y resultó relevante en la actuación cubana en la Serie del Caribe de Culiacán, México. Además, llegó al iv Clásico Mundial con la misión de ser el líder, el que más tenía que aportar en las aspiraciones del equipo de avanzar a la segunda ronda, y así lo hizo. Ante Australia, definiendo el pase a la siguiente etapa, encontró la casa llena de compañeros, a quienes reunió en home para la fiesta que le dio el triunfo a Cuba en un apretado 4-3. Puso su firma con enorme estacazo.

Tras cada bambinazo, le preguntaba con qué lanzamiento había dado ese fly largo. Solo reía, pero ese día me respondió:

«Sabía que me iba a cerrar. Cuando vi que me la tiró adentro me abrí rápido y vi que la bola se le quedó paradita, y me dije “se acabó esto”. Esos flys largos no solo se dan con el bate. Y tú, ¿ya hiciste tus foticos?».

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vc dijo:

1

29 de junio de 2020

13:40:35


AD-54 es el mas grande de los peloteros activos que nos quedan en la isla , se ha mantenido bajo viento y marea fiel a la FCB