Elio Menéndez, un campeón olímpico del periodismo

«La crónica se teclea con los dedos y se escribe con el alma. Quien no se apasione, no sea capaz de conmoverse, no puede escribir crónicas».

Así lo dijo una vez, y quienes tuvimos la suerte de crecer leyéndolo, o escuchándolo, podríamos decir que para hacer un texto así era imprescindible conocerlo. Elio hablaba en crónica, y nos seguirá llegando con esa belleza, que encontró en él la más nítida de sus cualidades: la bondad. Profe, la pasión no muere, es fuente inagotable de inspiración.

Colmado de títulos, como el premio nacional de Periodismo José Martí, y el Abelardo Raidi, máximos reconocimientos para un periodista en Cuba y en la Asociación Internacional de Prensa Deportiva de América, respectivamente, Elio Menéndez García ya se había proclamado, como lo reflejamos en estas mismas páginas hace solo dos días, campeón olímpico del periodismo.

¿Será una coincidencia que se haya despedido un 12 de junio, justo un día después que su amigo Teófilo Stevenson, hace ya ocho años? Creo que no, el monarca de los pesos pesados de alguna manera lo hizo a él también invencible. Cuando Elio escribía, como Teófilo cuando subía al ring, todos nos sentíamos ganadores.

Tenía todo el tiempo del mundo. Lo procuré muchas veces, algunas apenado por robarle los minutos. Sin embargo, luego era él quien no te soltaba, te atrapaba en un mágico concierto de conocimientos. Elio nos hizo periodistas a muchos, y no solo por los años que contaba, sino por su magisterio sincero, práctico, bordado de un singular saber del imaginario popular. Claro que era el Decano de nosotros, los periodistas deportivos.

Nunca lo vi molesto, y siempre se le dibujaba una sonrisa en el rostro, esa que no nos permite hoy el luto, sino la celebración de una vida que vivió para hacernos crecer, para su familia; para que Marina, su hija, nuestra colega de Juventud Rebelde, al que él vistió de toda su juventud acumulada, nos continué regalando la sabia y la ternura de nuestro campeón.

Reciban los suyos las más sentidas condolencias de la familia periodística cubana.