ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Tomada de Internet

Quizá animados por la intención de Donald Trump –cuando la pandemia iba camino a intensificarse en Estados Unidos– de que abriría el país para reactivar la economía, directivos de las Grandes Ligas del béisbol (MLB) han lanzado una propuesta para revivir, en mayo, la voz de ¡a jugar!

La temporada debió comenzar el pasado 26 de marzo, y ya hoy los directivos de la «gran carpa» notan el hoyo en sus bolsillos causado por la crisis, por donde escapa parte de los aproximadamente 10 000 millones de dólares que provee por campaña el deporte predilecto de los estadounidenses. Supeditan lo serio del panorama de la salud en el país a sus intereses económicos.

Ya concibieron un plan de cómo hacer las cosas, en estadios y hoteles existentes en Arizona, donde instalarían una especie de concentrado para jugar y hospedar a los peloteros de los 30 equipos, «procurando el menor contacto social», según afirman.

¿Cómo conseguirán esto último si cada elenco sale al terreno diariamente con 30 peloteros y solo existe un dogout o banco para acomodarlos? También hablan de prescindir del público, lo que atentaría contra el disfrute del espectáculo y su oferta gastronómica en los restaurantes y cafeterías de las instalaciones. Todo esto, «siempre y cuando las condiciones de salud lo permitan», una frase que en las intenciones de los padrinos del proyecto aparece como un cumplido de menor peso.

El respeto al aislamiento físico es imprescindible para aplanar la curva de la pandemia. Los deportes colectivos como el béisbol, fútbol y baloncesto son los menos indicados para reanudar en breve sus eventos, pues en ellos es inevitable el contacto físico. La movida contemplaría el alejamiento de los jugadores de su familia durante un tiempo indeterminado, quizá hasta cuatro meses, aspecto que los propios gestores de la «innovación» consideran que no les agradará a los peloteros, aún por consultar.

Pensar que los deportistas, por estar dotados de buena salud, no están expuestos a contagiarse con la covid-19, es un soberano disparate. La enfermedad no reconoce esas condiciones, mientras azota a un rango de edades que va desde recién nacidos hasta personas de la tercera edad.

La idea de la concentración halla otro detalle en contra, toda vez que entrenadores, árbitros, y personal de apoyo de las Grandes Ligas, no son propiamente jóvenes, aspecto que les incrementa su riesgo de contagio.

Han pensado emplear el estadio Chase Field, sede del equipo Diamondbacks, en Arizona, en el área metropolitana de Phoenix, además de otra decena de instalaciones, pero lo principal no lo tienen: convencer a los peloteros de que les garantizarán el aislamiento estricto reclamado por las autoridades sanitarias.

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Javier Méndez dijo:

1

9 de abril de 2020

07:07:35


Basta de enaltecer a la MLB.Con aquellos no compartimos valores ni principios.Ojala fuéramos tan dedicados para trabajar por nuestro país,por producir alimentos,por evitar la corrupción empresarial,etc.