ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Ricardo López Hevia

La casa donde nos encontramos es la del padre de Yuniol Kindelán, Manolo, quien fue su mayor ejemplo a seguir desde pequeño y quien le inculcó la idea de practicar el atletismo. Como cada sábado, se reunieron en familia para compartir las vivencias de la semana.

Nunca pensó aquel niño que llegaría a convertirse en una figura del deporte mundial, y mucho menos que tocaría la gloria olímpica en tres ocasiones de la mano, nunca mejor dicho, de la mujer más veloz del planeta desde hace varios años en sus modalidades de competencia, Omara Durand.

En 2013 Yuniol Kindelán causó baja del equipo nacional de atletismo, sin duda fue un duro golpe para el atleta que venía de la categoría juvenil con buenas marcas y proyección futura en los 400 metros planos. Sin embargo, este joven no se dejó amilanar y decidió seguir con sus jornadas de entrenamiento que, a la postre, serían claves para cosechar los logros que atesora. En el año 2015 se convierte en el guía de Omara Durand, pues la estelar corredora cambió de categoría, pasó de t-13 a t-12 (débiles visuales profundos).

Desde el principio ambos se dieron cuenta de que para alcanzar los resultados debían convertirse en un equipo, y así fue. Los comienzos fueron complicados, señala Kindelán, pues era una tarea nueva para él y Omara, quien nunca había corrido con guía. El ejercicio físico es lo más importante para un guía y se ve reflejado en su constitución.

Miedo y tensión fueron los sentimientos del muchacho al competir por primera vez en un Mundial de Paratletismo, en Doha, Catar, en 2015, a estadio lleno y todos los ojos puestos en él y su compañera. Esas sensaciones fueron precisamente los motores impulsores que los llevaron a cruzar la meta en primer lugar. Los tres oros alcanzados en 100, 200 y 400 metros planos son para Yuniol momentos inolvidables en su vida.

Río de Janeiro-2016 fueron sus primeros Juegos Paralímpicos, donde el peso de ser campeón y recordista mundial influyeron en él durante toda la competencia. Pero Yuniol, al momento en que sale a la pista junto a Omara, le explica solo una vez la estrategia de la carrera y despeja todo de su mente. Llevar a su compañera a cruzar la línea de meta en primer lugar se convierte en lo único importante en los próximos segundos.

En la cita olímpica celebrada en la ciudad carioca, la pareja rompió nuevamente récords, esta vez en 100 y 400 metros planos, casualmente los dos eventos que más disfrutan realizar Omara y él, respectivamente.

«Correr para ganar y no para romper récords», es la frase que define su trayectoria hasta hoy, pues ostentar las tres plusmarcas del orbe en los tres eventos que participa junto a Durand, fue logrado sin proponérselo.

Para este joven cubano, la familia es la mitad del éxito de su trayectoria deportiva, el resto, es producto del esfuerzo y sacrificio del talento que posee. El apoyo de su padre, madre y hermanas, quienes han estado en las buenas, y sobre todo en las malas, es muy importante para él. Es por ellos que practica hoy el atletismo.

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