La hazaña de Sarah Thomas es sinónimo de la perseverancia del ser humano. A finales de 2017 le diagnosticaron un cáncer de mama que había comenzado a extenderse a los ganglios linfáticos, lo que le imposibilitaría nadar largas distancias en mar abierto.
«Estaba en la cima de mis logros deportivos… y luego me diagnosticaron cáncer», dijo Thomas en un video publicado en el sitio web de Kickstarter.
Asumió un reto, de ahí que antes de salir de la costa británica escribió: «Este desafío está dedicado a todos los sobrevivientes. Esto es para aquellos de nosotros que hemos rezado por nuestras vidas, que nos hemos preguntado con desesperación sobre lo que viene después, y hemos luchado contra el dolor y el miedo para superarlo».
A sus 37 años, la atleta estadounidense recientemente se convirtió en la primera persona en cruzar a nado cuatro veces ininterrumpidas el Canal de la Mancha. La travesía, prevista en 130 km, llegó a los casi 210 km por las fuertes corrientes que la desviaban de su trayectoria, en la que empleó 54 horas.
Durante el trayecto Thomas se alimentó con un líquido compuesto por electrolitos, carbohidratos, cafeína y jugo de manzana, que le suministraron cada media hora. Según la periodista Begoña Arce, a Thomas «solo se le permitió llevar un gorro, unas gafas y el traje de baño, según las normas impuestas por la Federación en el Canal»; además, «nadie podía tocarla, durante los diez minutos de pausa entre cada tramo».
Sufrió la picada de una medusa en la cara, pero al llegar a la costa inglesa aseguró que lo más difícil fue la sal, lo que le provocó fuertes dolores de garganta.
Solo cuatro personas habían cruzado el canal ininterrumpidamente tres veces. El nadador Lewis Pugh escribió en Twitter: «Justo cuando creíamos haber alcanzado el límite de la resistencia humana, alguien rompe los récords».
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