En comentarios anteriores advertimos que el equipo cubano de fútbol tenía por delante un futuro preocupante, luego de sufrir tres abultadas derrotas en la pasada Copa Oro a manos de México, Martinica y Canadá. Ese vaticinio se ratificó tras el nuevo fracaso por 0-6 contra los canadienses el pasado sábado, en el debut de ambos onces en el Grupo a de la Liga de Naciones de la Concacaf 2019.
Hay que reconocer que el fútbol local vive uno de los puntos más bajos de su historia, con un Campeonato Nacional irregular, de corta duración y con problemas en su organización. A ello hay que sumar la salida del país de un buen número de jugadores.
No hay un punto positivo que podamos señalarle a este popular deporte que signifique un paso de avance. Esa es una realidad de la que tenemos que aprender. Se hace necesario un cambio radical en todos los niveles del fútbol cubano, partiendo desde la base. Hay que aprovechar toda la masividad que se manifiesta en el país cuando los niños y jóvenes tocan la pelota en parques, calles y terrenos improvisados. Aquellos que practican el fútbol bajo el sistema de enseñanza deportiva no pueden sufrir un estancamiento a causa de la celebración de pocos torneos, en tanto los jóvenes de otras naciones siguen su normal crecimiento hacia la categoría de mayores porque juegan de manera regular.
Un ejemplo de lo anterior es que en Cuba hay pocos protagonistas del talentoso equipo Sub-20 que jugó la Copa Mundial Turquía 2013 y que un año después obtuvo una histórica medalla de bronce en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz, México.
La mayoría de ese grupo, paulatinamente, salió de Cuba por diversas vías, alegando que sintieron una parada en su desarrollo como futbolistas.
Reflejo de las deficiencias de nuestro fútbol es que el estadio nacional Pedro Marrero no reúne las condiciones para acoger partidos de la Liga de Naciones de la Concacaf. Un césped en mal estado desde hace años, falta de alumbrado eléctrico para juegos nocturnos y una gradería deplorable provocaron que las autoridades de la Concacaf le retiraran la sede al conjunto nacional, por lo que ahora los cubanos tienen que solventar sus compromisos como locales en Islas Caimán.
Otro punto que necesita tratarse es la contratación de preparadores extranjeros para que laboren en la formación técnico-táctica de los futbolistas desde edades tempranas. Hablamos de directores que, si bien no gozan de un gran nombre, enfocan su trabajo en las categorías infantiles y juveniles, potenciando la masividad y perfeccionando el talento de sus discípulos para que esos chicos luego lleguen a un torneo nacional dotado de una organización amplia, sólida y definida.
Nombrar un entrenador extranjero hoy para tomar las riendas del equipo Cuba no mejorará la situación actual, porque no se cuenta con una estructura desarrollada de donde este tome los elementos que necesita para revertir la imagen del fútbol cubano. Llamar un técnico internacional sería a mediano plazo, cuando se logre agrupar y desarrollar un sistema de formación del futbolista eficiente.
Solucionar estos problemas es posible. Son muchos aspectos que necesitan abordarse como la capacitación de los entrenadores cubanos y la redefinición del apoyo económico que fifa brinda a Cuba a través de los programas Gol y Foward. Para ver resultados positivos se requiere de tiempo y paciencia, pero si no se trabaja desde ya seguiremos cuesta abajo y quienes sufren son los futbolistas y la afición de casa.

















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BlueJet dijo:
1
11 de septiembre de 2019
03:40:41
Ramon dijo:
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11 de septiembre de 2019
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Julian Mastrapa dijo:
3
11 de septiembre de 2019
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Lajero dijo:
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11 de septiembre de 2019
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debv dijo:
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Gregorio dijo:
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Ricardo dijo:
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Lajero dijo:
8
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Pedrito Sam dijo:
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12 de septiembre de 2019
08:53:56
juan dijo:
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12 de septiembre de 2019
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