Omara Durand: ¡Yo soy fidelista!

Omara Durand debutó con 15 años de edad en los Juegos Parapanamericanos de Río de Janeiro 2007. Entonces sorprendió a los cubanos con sus medallas de oro en los cien, 200 y 400 metros planos, en la categoría t-13 (débil visual).

Asistíamos al nacimiento de una leyenda. Su destreza sobre la pista la convirtió en irresistible para sus rivales, al combinar dos eventos de velocidad pura con un tercero que exige de aliento extra para completar la vuelta al óvalo.

Omara, el luchador Mijaín López o la judoca Idalys Ortiz, pertenecen a una estirpe que no cede espacio a la sorpresa. Verlos en acción, aun cuando sabemos por adelantado cierta su victoria, es un privilegio que no le resta emotividad al disfrute de sus éxitos. Son también fieles reflejos de la inclusión y la solidaridad humana que distinguen a la Revolución y al deporte en Cuba, ese que los tomó de la mano desde muy temprano para llevarlos a ­recorrer un camino de gloria reconocido por su pueblo.

Ahora es nuevamente la hora de Omara, la abanderada de Cuba en los Juegos Parapanamericanos de Lima, la «reina» del evento, como la llaman sus compañeros. Llevan razón quienes así la ponderan, pues viene de ganar los primeros lugares en las tres mismas distancias en las que venció en Toronto 2015, con sus correspondientes récords mundiales en la categoría T-12.

La «gacela» santiaguera, sumadas sus hazañas de Río 2007, Guadalajara 2011 (oro en cien y 400 en T-13), Toronto 2015, y las conseguidas en Lima, atesora 11 títulos continentales. También dominó las tres carreras en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016 y los cien y 400 de Londres 2012, además de ostentar seis liderazgos en Campeonatos Mundiales.

Fruto genuino de la mujer en la Revolución, ha agradecido a quienes contribuyeron a la excelencia de su carrera deportiva, dedicó sus triunfos al pueblo, a su familia, y dejó reinando una frase en el ambiente limeño: «¡Yo soy fidelista!».