El otro salto de José Antonio Guerra

Acostumbrado a estar en la élite del clavado mundial por casi 20 años, José Antonio Guerra sueña con grandes resultados para Cuba, ahora unos metros más abajo de los trampolines, tras sumarse al colectivo de entrenadores del equipo nacional.

Guerra tiene bajo su tutela a seis jóvenes: Pricis Leydis Ruiz, Anisley García, Jennifer Medina, Yusmandy Paz, Yoan Meriño y Laydel Domínguez, quienes se nutren de los conocimientos de un competidor de primera.

«El cambio es enorme cuando pasas a entrenador. Hay que estar con los muchachos antes, durante y después de cada entrenamiento y competencia. Se maneja una cantidad enorme de datos, y la técnica, y el estado sicológico y físico del atleta llevan horas de preparación», afirmó Guerra.

El múltiple medallista en Juegos Centroamericanos y Panamericanos comenzó como entrenador tan pronto dejó de saltar, porque es desde donde más puede ayudar al deporte que le apasiona.

«Hay un déficit de fuerza técnica en el país, y la falta de medios golpea el desarrollo del clavado. Sin embargo, porque amo este deporte trabajo con novatos a quienes les transmito lo que me enseñaron mis profesores como Lino Socorro», sostuvo el mejor clavadista cubano de todos los tiempos.

«Lino me enseñó casi todo lo que aplico a mis seis alumnos. Aunque él está jubilado y vive en Matanzas, mantenemos la comunicación para tratar determinados aspectos de la preparación», reseñó Guerra, oriundo de Santiago de Cuba. En el cuerpo de entrenadores estamos imbuidos en una intensa superación y esperamos manejar satisfactoriamente a los nuevos clavadistas».

Los Juegos Panamericanos de Lima es la competencia cumbre en el año y el clavado es un deporte con fuerza en el continente. Cuba irá con el propósito de lograr una buena actuación. Guerra notificó que en la plataforma a diez metros, sincronizada masculina e individual femenina, hay posibilidades de conseguir preseas de bronce.