En ocasiones, en el mundo del deporte cuando se consigue el objetivo primario, se deja un tanto hacia un costado, el propósito secundario. Esta realidad tiene acierto muchas veces en aquellos torneos clasificatorios hacia las grandes citas multideportivas, donde lo importante no es ganar el primer lugar y la mayor cantidad de medallas de oro, sino el boleto hacia el magno evento, el cual casi siempre se desarrollará en el venidero año.
Lo anterior acaba de aplicarse en el recién finalizado Campeonato Panamericano de Remo, en la ciudad brasileña de Río de Janeiro y donde la delegación cubana, compuesta por 17 remeros, de ellos, cinco mujeres, obtuvo las 12 plazas en las que tenía posibilidades de clasificarse para los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
La docena de pasajes hacia la capital peruana se obtuvo tal y como estaba pronosticado. Cuba asistió a Brasil con los mejores exponentes de este deporte, varios de ellos ganadores de medallas de oro en los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018.
Sin embargo, el más reciente resultado del remo para la Mayor de las Antillas exhibe la particularidad de que de la pista acuática del lago Rodrigo de Freitas, los cubanos solo sacaron una medalla de oro por intermedio del dos veces subcampeón mundial Ángel Fournier, quien se llevó el pergamino en la prueba de single par de remos cortos, al marcar tiempo de 7:41.650 minutos.
El resto del grupo logró tres metales de plata y cuatro de bronce, además de varias ubicaciones entre el cuarto y el octavo lugar, válidos para ir a Lima, aunque preocupantes de cara a la cosecha que se pueda materializar en ese evento.
Si Cuba aspira a recuperar el segundo lugar continental por países en Lima, necesita que un grupo de deportes individuales aporten entre tres y cinco medallas de oro (ciclismo, canotaje, taekwondo y gimnasia artística). Entre estas disciplinas el remo es una de las que bien puede añadir su cuota de protagonismo. De ahí que se haga necesario, por parte de federativos y entrenadores, el diseño de un plan de entrenamiento y competencias internacionales para estos mismos deportistas, con el objetivo de acercarlos al escenario real que vivirán en el verano del 2019.
Solo así se podrá hacer frente a los equipos de Canadá, Estados Unidos, Chile y Argentina, principales potencias en América. El primer objetivo ya se cumplió, que era la clasificación de todos los botes cubanos hacia Lima. Ahora toca, en medio de la alegría que deja tan buen desempeño, pasar la página y mirar hacia el futuro con grandes ambiciones para sacar un buen resultado.
No se puede descansar solamente en la fuerza de Ángel Fournier y Yariulvis Cobas, principales remeros cubanos del momento en uno y otro sexo. El resto del grupo tiene calidad para regalar más de una alegría dorada, solo queda trabajar con seriedad y el buen resultado para Cuba de seguro emergerá de las apacibles aguas del río Piura, escenario de la lid panamericana.

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Ramon dijo:
1
5 de diciembre de 2018
07:05:46
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