El que ríe último, ríe mejor. ¿Cierto o falso?

Bueno ¿y ahora qué? Pues nada, al parecer aquello de que el que ríe último, ríe mejor, vuela sobre la 58 Serie Nacional. Holguín ganó su quinto juego consecutivo y ahora lo hizo noqueando a Sancti Spíritus, y se puso a una sola rayita de Industriales y a cuatro de la zona de clasificación, todavía custodiada por unos Tigres avileños a los que le han cortado sus garras. Y mientras todo eso sucedía, Villa Clara ganaba su quinto en línea, que fue el quinto perdido también al hilo de Industriales, y alcanzaba a los Gallos en el segundo piso de tabla de posiciones.

Ni les hablo de Las Tunas, pues hizo lo de siempre, o lo de casi siempre, ganar. Por cierto, en las reglas de anotación del béisbol está dispuesto, y no creo que nadie lo objete, que el crédito por el triunfo o por el revés va a la cuenta de los lanzadores. Ellos son los únicos dueños de la pelota y los responsables de que el equipo contrario no anote. Sin embargo, haría una excepción, porque lo de Danel Castro, o como dijimos en la jornada anterior, Don Danel, sigue sin tener límites en la actual contienda.

Este miércoles fue el verdadero ganador del partido frente a los Tigres. El Leñador Mayor logró dos incogibles en cuatro turnos, pisó una vez el home e impulsó cuatro de las cinco carreras que anotó su equipo. Es obligada mención y sin sacar cuentas o estadísticas, no creo que haya un nombre más citado en esta manga de la 58 Serie Nacional que él suyo, no solo en este espacio, sino en cualquier otro dedicado a la pelota cubana. Solo recordemos la faena de la jornada precedente: 5-3, dos jonrones, un tubey, tres anotadas y cuatro impulsadas.

Pero aunque Don Danel es un equipo, no se puede pasar por alto el excelente trabajo del derecho José Armando Peña en siete completos, en los cuales aceptó seis imparables, uno de ellos le costó la única carrera que permitió cuando Raúl González le sacó la bola del parque, ponchó a tres y regaló tres bases. Yosbel Alarcón salvó su noveno juego para asegurar el triunfo de los Leñadores con dos inning de labor en los que solo uno le llegó a circulación por jit. González fue el mejor avileño con el madero, pues además le pegó doble, que estuvo también a punto de pasar por encima de las cercas.

Ya comienza a preocupar a los parciales de Ciego de Ávila la adversa racha que atraviesa la tropa que dirige Roger Machado. Esta derrota, la sexta consecutiva, pasó por lo permitido por el astro Vladimir García en las dos primeras entradas, pues a partir de ahí se recompuso el cañón de la Trocha y el gasto ofensivo solo dio para una carrera por bando. Esto hace todavía más grande la obra de Don Danel. Si los avileños no ha sufrido un descalabro en la tabla de posiciones se lo deben a otra cadena de reveses, la de los Industriales.

Y si los tuneros ya hacen del triunfo un hábito, sus vecinos holguineros quieren imitarlo. En el juego del miércoles, Yordan Manduley y Geidy Soler batearon casi la mitad de los jits holguineros y lideraron la ofensiva de los Cachorros. El torpedero sumó tres inatrapables, todos extrabases, pues largó dos tubeyes y un cuadrangular en cuatro veces al bate, llevando a la hoja de anotación, tres anotadas y una impulsada. Y curiosamente, los de Manduley resultaron los únicos extrabases del partido. Soler también dio tres.

Pero si algo hay que destacar en el duelo es la actuación de Uberleydis Valdés, un nombre que no recordábamos en nuestro apuntes diarios en la campaña, o al menos en la segunda vuelta de la temporada. Lo buscamos en la fase que ahora se desarrolla y al menos en el sitio del béisbol cubano, que no cuenta con todo su amplio arsenal estadístico actualizado, no lo encontramos, por lo que sería su primera aparición en esta decisiva etapa. Lo que sí es seguro es que es su primera victoria cuando solo restan 19 partidos para el final del calendario regular. Esa fue la decisión del mentor Noelvis González y Uberleydis no lo hizo quedar mal, al dejar a la ofensiva espirituana en cinco imparables en igual cantidad de episodio más un tercio, sin que le anotaran, ponchó a cuatro y dio dos boletos.

El Latinoamericano demostró que no hay un juego igual al otro, al menos en este apasionante mundo de las bolas y los strikes. Industriales, vapuleado en la salida anterior por Villa Clara, dio un buen juego de pelota, en cuya decisión mucho tuvo que ver el jonrón de tres carreras del capitán granmense, refuerzo de los Azucareros, Carlos Benítez, en el cuarto episodio. Los azules ripostaron rápido frente al mismísimo Freddy Asiel Álvarez y cerraron el cotejo 4-3, pero en el noveno los capitalinos sufrieron un fuerte ataque de su enfermedad de base, la mala defensa, y toda la posibilidad de decidir en las postrimerías quedó abortada.

El único batazo villaclareño fuera del cuadro en ese noveno acto fue la línea fildeable por el jardín central en el que Yosvani Peñalver cometió un error de principiante, al dar un paso hacia delante a un batazo de esas características. El lance en el que se embasa Leandro Turiño en ese mismo capítulo no fue a la hoja como error, pero es también mal defendido por Andrés Hernández en la zona de las paradas cortas. Barrió desplazándose hacia la derecha, con lo cual quedó sin apoyo para tirar, lo que le restó fuerza al disparo, permitiéndole al bateador-corredor alcanzar la inicial. Y el toque de bola de César Prieto provocó la otra marfilada, esta del relevista Yandy Molina.

En definitiva, con una conexión por dentro del cuadro (el mencionado toque) Villa Clara fabricó tres para rematar el choque. Si en el béisbol lo más difícil es batear, la defensa no puede regalarle nada al contrario. Tanto es así que, ayer, en la transmisión de TV, el comentarista Sergio Ortega ofreció una de esas joyas que solo guarda en su cofre de datos el estadístico Arnelio Álvarez de la Uz: Industriales, que es el peor equipo defendiendo, con el de anoche ha celebrado 71 desafíos y en solo 22 no cometieron errores, y ojo, de esos 22, ganaron 16. Conclusión: este, como dice el profesor José Manuel Cortina, es un juego de defensa, porque está el pitcher y siete hombres por detrás para custodiarlo.

El resto: duró muy poco, un solo lanzamiento del reaparecido Jonder Martínez para asegurar la victoria naranja cuando Industriales llenó las almohadillas con un solo out en su última oportunidad al ataque, pues obligó a Yohandry Urgellés a batear para doble play.

Si este jueves ocurre lo mismo tendríamos tres barridas, pero no solo eso, ya no tendríamos a Holguín como único inquilino del sótano de la 58 Serie Nacional.