
Conversadora y dispuesta a desentrañar las artes de su ascenso en la lucha, Lianna Montero regresó a los predios del centro de entrenamiento Cerro Pelado, tras unos días alejada para resolver asuntos personales que no la desviaron de su alegría por haber ganado la medalla de bronce en el Mundial de Budapest, Hungría, en la división de los 55 kilogramos.
–Tras perder en la primera salida del Mundial 6-16 ante la bielorusa Zalina Sidakova, ¿te sentiste perdida?
–Caer en el combate inicial fue muy duro, pero cuando me arrastraron al repechaje puse todas mis esperanzas en no irme en blanco. Tenía muchas expectativas, y el bronce lo logré en un pleito cerrado 5-4 sobre la estadounidense Jacarra Gwenisha, a quien nunca había enfrentado.
–¿Qué significa ser la primera medallista mundial de Cuba?
–Los entrenadores y mis compañeras están muy contentos, pero yo considero que estaba preparada para más. Si en el futuro, cuando se hable de la lucha femenina mencionan mi nombre, sentiré orgullo.
–¿Cuáles son las expectativas para Tokio 2020?
–En este deporte todo es paso a paso, lo primero es luchar por un buen resultado en los venideros Juegos Panamericanos de Lima 2019 y después participar en el Mundial del próximo año, clasificatorio para los Olímpicos de Tokio, donde trataremos de llevar a la mayor cantidad de competidores.
–¿En este ciclo Cuba podría obtener su primera medalla olímpica?
–No sé si lo hará alguna de mis compañeras de equipo, o si seré yo, aunque estamos seguras de que «arañaremos» una medalla para nuestra delegación. Ya vimos el oro de Yudari Sánchez en el Mundial Sub-23, y mi bronce en el de mayores, nunca habíamos tenido esos éxitos, por tanto creo que estamos en un buen momento para aspirar a más.
–¿Cómo transcurre un día de tu vida?
–La vida de un atleta de alto rendimiento es muy sacrificada, nos ejercitamos con pesas, los entrenamientos son muy fuertes y, sin embargo, cuando obtienes buenos resultados te das cuenta de que todo ese esfuerzo no fue en vano.
–Noto una inflamación en uno de tus ojos, ¿es producto de la competencia?
–Sí, yo ejecuto una técnica para limitar los movimientos de mis rivales, y cuando bajo la cabeza para hacerla, en ocasiones tropiezo con la rodilla de la oponente, que me golpea en el ojo. Este ha sido un año difícil, pues en los Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla hubo adversarias muy fuertes en mi división, a quienes debí vencer para ganar el oro. Después vino el Mundial de mayores, cuya historia ya te conté.
–¿Qué te llevó a la lucha?
–Desde pequeña varios entrenadores vieron en mí posibilidades para los deportes de combate, y me enseñaban las técnicas y otras mañas, por lo que soy una enamorada de la lucha. Al principio mi mamá se opuso, pero después me apoyó y ya con 13 años estaba en el equipo nacional.
–¿Crees que los deportes de combate restan femineidad a las mujeres?
–No lo creo, en nuestro equipo todas somos presumidas, en la competencia es cierto que nos despeinamos y gritamos, pero fuera de los eventos, todas estamos pendientes del maquillaje, atendemos a nuestra pareja y a la familia. Yo les digo a las niñas que, si tienen talento, potencialidad y les gusta esta disciplina, que se sumen sin miedo, porque el deporte se disfruta, y es donde los sacrificios siempre son recompensados.
–¿Qué significa Güines para ti?
–Güines lo es todo para mí, siento que ese pueblo me adora con locura, se mantienen pendientes de mis resultados. Cuando estoy en la casa me tocan a la puerta para saber cómo estoy, siempre me reciben con los brazos abiertos cuando llego de una competencia.
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Angel dijo:
1
21 de noviembre de 2018
15:19:00
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