Albertico era el centro del grupo, todos tenían que ver con él. Desde que se apuntó en la pelota, los resultados del equipo pasaban por su actuación. Comentaban que llegaría a ser una gran estrella. A Manolito, su compañero de aula, le ocurría lo contrario, no rendía pese al empeño que ponía en hacerlo. En consecuencia, el primero fue captado por los profesores y entró al sistema de alto rendimiento; el otro ya no fue más ni su coequipero ni estarían juntos en la misma clase.
En el campeonato escolar lanzó en varios partidos y su profesor hasta le enseñó algunas técnicas que son para serpentineros de más edad. No había quien ganara si él estaba tirando hacia home, y como se le veían condiciones, le llevaron a una categoría superior. Él estaba pletórico de alegría, jugaría con otros de mayor edad. A sus padres el orgullo se les desbordaba como manantial, en el barrio las muchachitas no le perdían ni pie ni pisada a Albertico.
Llegó el día de enfrentarse al nuevo escenario, con los más grandes. No participó en el primer desafío, pero en el segundo fue el abridor y apenas pudo sacar un out; a los dos días igual. No se lo explicaba. Terminó con muy bajos indicadores y, para colmo, con una molestia en el hombro. Al regresar a los de su grupo, no fue el mismo.
A Manolito, que había quedado en el escalón anterior, el poco tiempo de la competencia no le ayudaba; a nadie se le iba a ocurrir probarlo si solo había siete encuentros para definir al ganador. Es decir, ni siquiera salió al terreno.
SEMBRAR PRIMERO PARA RECOGER DESPUÉS
Cuando un muchacho comienza la práctica de determinada disciplina está lleno de deseos de brillar, de llamar la atención y es en ese instante que la figura del profesor, sea de educación física o entrenador deportivo, desempeña un rol decisivo. Si, como Albertico, muestra dotes y talento, ha de saber conducirlas en cada una de las etapas de su desarrollo, saltarse una es fatal, tanto que podría eclipsar una brillante carrera. Si, como su amiguito, muestra tenacidad y no consigue expresarla en el juego, debe encontrar la manera de liberarlo de tensiones para que logre disfrutar lo que hace.
En otras palabras, si el pedagogo alcanza que los escolares que se inician practiquen el deporte de forma lúdica junto con sus compañeros como medio de socialización y los hace comprender, desde ese primer momento, que la verdadera victoria está en dar el 100 % de sí en cada entrenamiento y competición, habrá fundido el primer gramo de una medalla de oro.
Si se cuenta con calendarios de competencias de corta y larga duración, o si se diseñan temporadas que agrupen a las primeras dentro de un amplio periodo, por categorías de edades, no habría necesidad de quemar una fase en la formación, como le pasó a Albertico, y Manolito pudiera encontrar su despegue. Un despliegue con esas características planta, además, un elemento esencial, el de la motivación, y propiciaría fijar pequeños objetivos que ayuden a progresar y motivar sin plantearse metas inalcanzables que provoquen frustración.
Hoy, por ejemplo, nuestros campeonatos nacionales de mayores, incluso hasta el de béisbol que posee una amplia estructura de torneos nacionales por edades, sufren por la baja calidad. Un certamen a nivel de país en la categoría Sub-12, de solo siete juegos, uno de menores de 18 con poco más de 30, no pueden llamarse campeonatos nacionales. Sería mejor desarrollar uno de más tiempo sobre el terreno en las provincias, de donde salga el campeón de cada territorio y estructurar con ellos uno de corta duración para buscar al monarca de Cuba.
Cuando el viernes 31 de agosto de este año el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en el Consejo de Dirección del Inder que analizó los resultados de la delegación cubana en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, expresaba que «los campeonatos nacionales deben ser lúcidos, no mediocres, con calidad y rigor, donde participen las figuras más destacadas y se televisen por el canal deportivo», no solo hacía un señalamiento, sino que tejía una línea en su concepto de continuidad y delineaba una estrategia.
TODO EMPIEZA POR LA CASA
Un campeonato nacional no puede convertirse en una formalidad, en un trámite burocrático o para hacer una cruz en la casilla de cumplido en un plan de trabajo. Un buen torneo en casa es la base del pensamiento del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el deporte, porque se conecta con su función social de servir de sano entretenimiento al pueblo, de brindarle un espectáculo que llene de emociones, y como resultado, que sirva de preparación a los deportistas para enfrentar las cada vez más difíciles competiciones internacionales.
Si no vestimos la casa con las mejores galas sería prácticamente imposible hacerlo en el ámbito internacional, es como ir a bailar en casa del trompo. Siempre fue importante la lid a domicilio, pero hoy con una agenda competitiva internacional que obliga a exponerse a innumerables porfías en pos de alcanzar una clasificación sea regional u olímpica, lo que se haga en el patio se vuelve más decisivo. Es cierto que también hoy resulta un reto programar un calendario nacional, justamente por esa gran actividad foránea, pero vencerlo armonizando ambas exigencias es piedra angular del éxito.
Albertico y Manolito llegarían y aportarían a un campeonato nacional lúcido, sin mediocridad, de calidad y con rigor, como dijo Díaz-Canel, si este se construye como un proceso eminentemente pedagógico desde que ellos se asoman al campo de juego; nutriéndolos de buenas prácticas, incorporando los saberes que tributa la ciencia, retomando esa enseñanza de Fidel escrita el 24 de agosto del 2008 en Para el honor medalla de oro, texto imprescindible para el desarrollo deportivo, y en el que se lee «debemos ser profundos en los análisis, aplicar nuevas ideas, conceptos y conocimientos».


















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galileo dijo:
1
7 de noviembre de 2018
09:11:33
Miguel Ortega Respondió:
7 de noviembre de 2018
17:56:44
Andrews dijo:
2
7 de noviembre de 2018
09:13:38
Lazaro dijo:
3
7 de noviembre de 2018
09:19:40
fito dijo:
4
7 de noviembre de 2018
12:46:03
Jesús López Martínez dijo:
5
7 de noviembre de 2018
14:51:48
Tirso Sáenz Coopat dijo:
6
7 de noviembre de 2018
15:38:37
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