Las Tunas.–Aunque lleva ocho Series Nacionales en los Leñadores, la pasada campaña marcó un importante punto de giro en su carrera deportiva. Sus entrenadores hablan de un «despertar», algo muy beneficioso para lo que llaman «la causa del equipo».
El lanzador de 29 años Alberto Pablo Civil Hidalgo, en esta 58 Serie llegó a ser líder en carreras limpias. Si las últimas subseries no le favorecieron, sus números aún se mantienen en positivo, al igual que su disposición.
«Yo sentía que en todos estos años no había dado lo que podía dar. Me lo hicieron ver la dirección y los entrenadores, así que decidí dedicarme por entero a mi preparación. Trabajé en el control, fundamentalmente en el sinker, que es mi mejor arma, por eso he logrado los resultados de esta Serie, donde tengo una cuenta de tres salvados y tres ganados».
La velocidad no es la principal cualidad de Civil. Sus entrenadores aseguran que tiene otras cartas bajo la manga, como los lanzamientos laterales, que dificultan las conexiones para bateadores derechos. Puede mantenerse en zona baja, por lo que pocas veces le conectan elevados cuando logra un buen control.
Quizá ahora posee más seguridad, pero prefiere no pensar en los números, y hacer lo que le toca en cada momento en que sale al terreno.
«Cuando estuve de líder en carreras limpias me sentí bien, porque fue la primera vez en mi carrera que obtuve un resultado como ese, pero estaba muy presionado. En mis últimas salidas, sobre todo contra Industriales, no estuve bien, se me quedaron los lanzamientos al medio y me conectaron con facilidad, por lo que debo seguir preparándome».
El pitcheo de relevo de Las Tunas dio de qué hablar en la Serie 57, y fue determinante en los resultados del equipo. En la 58, la historia no ha sido la misma, pero este joven piensa que no todo está escrito.
«La fortaleza de nosotros ha sido el pitcheo abridor, hemos tenido deficiencias en el relevo, aunque eso puede cambiar».
Muchos lo conocen como Civil Junior, y el orgullo de ser dirigido por su padre es el mayor de los retos que enfrenta.
«Cuando estoy en el montículo tengo una presión triple. Pienso en el pueblo, en el equipo y en no defraudar a mi padre. Él me exige como a cualquier otro, por eso cuando salgo a pitchear lo hago con el corazón».
Los Leñadores se han abierto un gran camino en la pasión de sus aficionados, y para Alberto Pablo, eso tiene una gran relevancia.
«Lo más lindo en la vida es ese cariño de la gente. Te llaman en la calle, te felicitan cuando lo haces bien, pero te critican si lo haces mal, y te comprometen a hacerlo mejor. Le agradezco mucho a mi pueblo de Puerto Padre, que en las buenas y en las malas siempre me ha dado ánimo».

















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Assel Herrera Correa dijo:
1
4 de octubre de 2018
01:19:03
Radamés. dijo:
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FRANK TEJAS PAZ dijo:
3
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Alberto Pacheco dijo:
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avellanado dijo:
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KR dijo:
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Agdelaya dijo:
7
6 de octubre de 2018
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