El toque de bola no siempre es efectivo

Primer capítulo del partido dominical entre Ciego de Ávila y Artemisa, en el José Ramón Cepero. El hombre proa artemiseño conecta jit al jardín derecho sobre un envío del zurdo Maikel Folch. El segundo en la tanda avanza al corredor a segunda con un toque de bola. Llega al plato Jorge Orta, con average superior a los 400, pero recibe base intencional y el cuarto bate Lázaro Hernández batea para doble play.

Novena entrada, Artemisa pierde por una carrera. De nuevo el mismo escenario del primer inning: el primero en el orden pega jit, el segundo se sacrifica, pasan intencionalmente al tercero y el cuarto falla en un elevado a los jardines. Por segunda ocasión en el desafío el toque de bola resulta inefectivo.

Dos elementos llaman la atención. El primero: los Cazadores son los líderes en sacrificio de jit (así se denomina al toque en las estadísticas) con 30, empatados junto a la Isla de la Juventud, a pesar de ser el segundo equipo más bateador de la lid, 333 sin contar los choques del lunes 17.

Segundo: en dos ocasiones el mejor bateador del conjunto, el torpedero Jorge Orta, no pudo hacer un solo swing, lo cual, a todas luces, es una mala táctica. A eso se le suma que también no resulta acertado jugar al empate cuando se es visitador.

En lo que va de la 58 Serie Nacional de béisbol ya suman 286 los sacrificios de jit en un total de 225 partidos, equivalentes a 1,27 toques de bola por cada juego. Por poner un ejemplo, en las Grandes Ligas el equipo puntero en sacrificios es Cardenales de San Luis, 41 en 150 desafíos, a un promedio de uno cada 3,66. El de menos es el único conjunto canadiense, los Azulejos de Toronto, con solo cuatro toques en 149, o sea, uno cada 37,25 juegos.

Se toca mucho, quizá demasiado, teniendo en cuenta que, probablemente, el béisbol cubano sea el de más ofensiva del mundo, pues difícilmente exista otra liga donde el promedio general de bateo sea 284 como es el de la presente Serie, con un trío de conjuntos por encima de los 300. El líder en las Grandes Ligas, los Medias Rojas de Boston, exhiben average de 267. El toque está en desuso en el béisbol moderno porque no siempre es efectivo.