Con el cierre de la Competencia Final Primer Macrociclo, celebrada en el estadio Rafael Fortún de Camagüey, el deporte rey cubano dio por concluida la versión inicial de la Liga Nacional de Atletismo (LNA), una novedosa justa que busca incentivar la competitividad entre los atletas de la Isla, aplicando un sistema similar a la Liga del Diamante.
¿De qué se trata…? Tomemos como referencia a la célebre carrera por la diadema. Cada una de las pruebas de confrontación celebradas el pasado mes de febrero en varias provincias del país representaba, llevada a los términos de la Liga del Diamante, una «parada». Esta confiere cierta cantidad de puntos a los participantes de acuerdo con sus resultados.
La suma de las unidades alcanzadas en cada confrontación, junto a las logradas en la Competencia Nacional de Carrera Rafael Fortún, para el caso de los eventos de pista; en la Competencia Nacional de lanzamiento Aurelio Janet, y la Competencia Nacional de saltos Luis Pérez Casanova, más los puntos correspondientes a la Competencia
Final Primer Macrociclo, que otorga doble puntaje en comparación con el resto, deciden el campeón de la Liga Nacional en cada disciplina, igualmente quedan definidos los ganadores del llamado Grand Slam, aquellos que alcanzaron la mayor cuantía de rayas en la LNA y a la vez se titularon en la justa final del Primer Macrociclo. Ese Grand Slam este año recayó en la discóbola Yaimé Pérez y el velocista Reinier Mena.
Por lo vivido la pasada semana en territorio agramontino, esta iniciativa, a cargo de la Federación Cubana de Atletismo, constituyó un considerable impulso para este deporte que protagonizó un descenso en los años 2016 y 2017, aunque dio muestras de recuperación durante el Campeonato Mundial bajo techo de Birmingham este mes de marzo.
El encuentro de una joven y prometedora generación con las figuras ya establecidas del atletismo cubano y glorias de antaño que tanto enaltecieron a nuestro país: Alberto Juantorena, Javier Sotomayor, Yipsi Moreno, Ana Fidelia Quirós y María Caridad Colón, entre otras… convirtió a la justa celebrada en Camagüey en una oportunidad única para incentivar, estimular y educar con fórmulas renovadas a estos bisoños atletas que pronto serán nuestros exponentes en la arena internacional.
Fue en este aspecto, según mi opinión, donde recayó el principal aporte de esta Final del Primer Macrociclo, de la cual tenemos que destacar su apuesta por el espectáculo, su respeto a los horarios de cada competencia y el valioso apoyo logístico brindado por las autoridades camagüeyanas. Un certamen que marcó diferencias con otros eventos deportivos que se celebran en nuestro país.
Actuaciones virtuosas como las protagonizadas por el titular del orbe en el salto de longitud en pista cubierta, Juan Miguel Echevarría, quien con su estirón de 8,40 metros se afianzó a la cabeza del ranking mundial de la temporada al aire libre, en una tarde brillante donde uno de sus fouls se midió en nada más y nada menos que en ¡8,85 metros!; y otras no tan halagüeñas como los relevos, el disco para hombres o la jabalina femenina, matizaron este cierre de la LNA, una primera evaluación previa a los Juegos Centroamericanos y del Caribe, donde el deporte rey será uno de los arietes en el asalto hasta la cima del medallero.
Esperemos que el próximo año la LNA regrese con el listón aún más alto, el atletismo lo necesita, y de seguro los resultados hablarán por sí solos.

















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jorge Navarro torres dijo:
1
21 de marzo de 2018
07:55:01
roberlandy dijo:
2
21 de marzo de 2018
12:15:35
josel dijo:
3
21 de marzo de 2018
13:29:29
Eddy dijo:
4
1 de abril de 2018
21:29:11
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