Antes de que suene el pistoletazo de salida, este sábado, ya el Triatlón de La Habana enamora. A las puertas de la cuarta edición de la lid, emociona pensar en los cientos de atletas, de todas las edades, que tomarán por asalto las calles capitalinas el venidero fin de semana, en pos de ceñirse el título de atletas de hierro.
Desde múltiples rincones del planeta llegarán titanes dispuestos a luchar contra la humedad y las altas temperaturas que incordiarán, sobre todo, en los tramos de bicicleta y carrera.

La incómoda y calurosa recta de la Autopista Habana-Pinar del Río, el circuito interno por una urbe en movimiento y el trazado final por el Malecón, con meta en el Hotel Nacional, aparecen como escollos de consideración, junto al implacable cronómetro, ese que siempre velan los corredores, pues, a la postre, el triatlón consiste en una batalla de resistencia contra el tiempo.



















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