LAS TUNAS.— Entre los jonrones memorables de las finales beisboleras en Cuba habrá que añadir el grand slam de Danel Castro en su feudo de siempre, el parque Julio Antonio Mella, que estalló con el bombazo de su jugador insignia para llevar la discusión del cetro de la 57 Serie Nacional a un séptimo partido.
Muchos recordarán el vuelacercas de Agustín Marqueti frente a Rogelio García en 1986, el de Antonio Pacheco con los ángulos congestionados ante Pedro Luis Lazo en el 2001, o el de Ariel Pestano contra Maikel Martínez, también con la casa llena en el 2013, batazos cumbres que en su momento condujeron a la corona.
Ahora Danel agrandó todavía más su ilustre figura y se unió a la lista de prestigiosos jonroneros con su largo cuadrangular por todo el bosque central contra el veloz pinareño Raidel Martínez, uno de los prospectos más notables de la pelota cubana en la actualidad.

El número 1 de los Leñadores se sintió desafiado cuando el alto mando granmense, con las bases llenas en el noveno, decidió transferir intencionalmente a Jorge Jhonson para decidir contra él, estrategia temeraria teniendo en cuenta que el intermedista de 41 años es el hombre que más veces ha empujado el empate o la ventaja en la historia de los clásicos domésticos.
«Este tipo de turnos hay que afrontarlos con tranquilidad, no te puedes desesperar. Ahora pensaba dejarlo trabajar, pero decidí no avanzar mucho en la cuenta porque él comienza a lanzar un cambio que ha perfeccionado y es muy difícil de conectar. Por eso ataqué la recta rápido y salió el batazo», destacó Danel, quien ya ha remolcado 304 veces el empate o la ventaja en su carrera.
Castro llegó a 198 vuelacercas en series nacionales en un momento inigualable, para poner al conjunto de su provincia a las puertas del primer título de su historia. «Quiero ganar aquí, es lo fundamental. Ya fui campeón con Villa Clara, pero ahora es diferente, no puedo decir más nada», sentenció.
Danel no se había visto bien en algunos turnos anteriormente, con siete ponches incluidos en los últimos cinco desafíos, pero aprovechó su oportunidad. «Hay un día para cada uno. Hoy me tocó a mí, pero después puede ser Jhonson o los Alarcones. En un séptimo juego pasa cualquier cosa».




















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