ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
De izquierda a derecha: Beljajeva, Sun, Gudokova y Nelip. Foto: Getty Images

Nuevamente el mundo de la esgrima vuelca sus miradas hacia la capital cubana, sede, desde este viernes hasta el domingo, de la Copa Mundial de Espada para mujeres, en el Coliseo de la Ciudad Deportiva.

Cuando aún repican los ecos de la Copa Mundial Juvenil de Florete, celebrada el pasado mes de diciembre, unas 145 espadachinas de 25 países se congregarán en la emblemática instalación habanera para efectuar el evento de mayor renombre en este deporte acontecido en nuestro país desde el Grand Prix de Florete en el 2016.

Será una oportunidad inigualable para disfrutar de la «crème de la crème» en la espada mundial entre las damas, donde empuñarán sus armas cuatro de las cinco líderes del ranking global de esta especialidad: la estonia Julia Beljajeva –ocupante del primer puesto en el escalafón– la china Yiwen Sun (tercera), la rusa Tatiana Gudokova (cuarta) y la polaca Ewa Nelip (quinta). Un cuarteto de estrellas que buscará colocarse en el cenit de este torneo a golpe de certeras estocadas, y al cual le proponemos acercarnos más allá de lo que refleja la careta enrejada.  

JULIA BELJAJEVA, EN BUSCA DEL DESQUITE  

La estonia de 26 años, quien escaló el pasado año a la cima del listado global, posee como principales resultados la medalla dorada en el Campeonato Mundial de Budapest, Hungría, en el 2013 y el tercer puesto en la cita del orbe de Leipzig, Alemania, en el 2017. A ello se le suman sus tres preseas en Copas del Mundo: oro en Legnano, Italia 2017; plata en Doha, Catar 2014, y bronce en Tallin, Estonia, igualmente en el 2017.

Graduada de Medicina en la Universidad de su ciudad natal, Tartu, llegó a la esgrima a la edad de diez años, gracias a su tía Natalja Kotova, quien es actualmente su entrenadora personal. El prodigio de su mano derecha relució por vez primera en el 2008 durante el Vigor Challenge de Goterborg, Suecia, donde se agenció el metal bronceado entre los cadetes. Un año después, subiría hacia lo más alto del podio en esa misma lid.

Su objetivo en La Habana, más allá del título, será consumar la ansiada revancha ante su «bestia negra», la rusa Tatiana Gudokova, rival que la ha derrotado desde el año 2014 en los últimos cinco duelos disputados entre ambas.

YIWEN SUN, POR MANTENER LA ESTABILIDAD

El momento cumbre de su carrera llegó con la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Río 2016. En esa cita estival igualmente alcanzó el subtítulo por equipos en la espada. Sun tuvo un exitoso 2017 al agenciarse el cetro en las Copas del Mundo de Barcelona, España, y Suzhou, China, galardones que adicionó a su vitrina junto a la corona Legnano, Italia 2015. La esgrimista zurda de 26 años actualmente se encuentra bajo las órdenes del entrenador francés Hughes Obry, quien fuese titular en los Juegos Olímpicos Atenas 2004.

TATIANA GUDOKOVA, UNA PESADILLA PARA EL RESTO

Tanya, como es conocida entre sus compañeras, saboreó las mieles del triunfo durante la justa del orbe de Leipzig 2017. En su camino hacia el oro desbancó en semifinales a Beljajeva y en la gran final a la polaca Ewa Nelip, por lo que es de esperar que en La Habana esté rodeada por aires de desquite.   

Archiva balance favorable ante las principales rivales que enfrentará en la lid antillana, a excepción de la asiática Sun. Con 23 años y 1,79 metros de estatura, Gudokova constituye la más joven y alta entre las cuatro grandes de esta Copa Mundial de Espada. Confiesa que llegó a la esgrima gracias a su padre, luego de haber incursionado en el baloncesto, la danza y la gimnasia.   

Su ídolo a seguir: la doble campeona olímpica Tatiana Logunova, de Rusia.

EWA NELIP, EN EL CAMINO DE LA CONSOLIDACIÓN

La esgrimista más experimentada de este cuarteto posee como resultado relevante a sus 29 años el subtítulo en Leipzig 2017. No obstante, su triunfo más disfrutado constituyó la medalla de oro por equipos en el Campeonato Europeo del 2010 celebrado en esa misma ciudad germana.

Galardonada en el 2011 con la Cruz de Oro del Mérito en Polonia, tiene como principal ambición colgarse una presea bajo los cinco aros. Llegó a la esgrima cuando cursaba el quinto grado, al observar un anuncio en una tienda local de Katowice sobre un club de esgrima y decidió apuntarse. «Me encanta el lado táctico de la esgrima. Simplemente lo disfruto, incluso cuando pierdo».

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