ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Play Off Magazine

Al ritmo que impone el silbato del entrenador asistente Allen Jemmot, el preseleccionado nacional de baloncesto en el sector masculino realiza su preparación física en el vetusto tabloncillo del Centro de Alto Rendimiento Cerro Pelado.

Fuera de este entrenamiento matutino sobresale un basquetbolista que trota continuamente alrededor de la cancha.

—¿Cuántas vueltas te faltan?, pregunta el mentor Yoanis Zaldívar.

—Solo cuatro…, responde Jasiel Ri­vero.

Pocos minutos después… termina su carrera, recupera el aliento y comenta: «Estoy trabajando en el fortalecimiento del muslo, hace un mes comencé a entrenar, pero todavía necesito tiempo para recuperarme al ciento por ciento, no obstante ya estoy listo para reconquistar lo perdido».

El ala pívot capitalino constituye uno de los jugadores con mayor proyección dentro del baloncesto cubano. A sus 23 años y 2.06 metros de estatura destila ansias de conquista, deseos de encumbrarse en lo más alto siendo protagonista en una generación que tiene como objetivo alcanzar una presea vistiendo el uniforme de las cuatro letras a nivel centroamericano.      

«Tenemos que agenciarnos una medalla con el equipo Cuba “si…o si”, llevamos más de 15 años de sequía. El plantel nacional destaca por su juventud y por su poca experiencia internacional, por ello estamos trabajando de cara a un periodo largo. En este ciclo nuestros principales compromisos son los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018 en Barranquilla, Colombia, —donde buscaremos un metal de cualquier color—, clasificar al Campeonato Mundial de China en el 2019 y a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020».   

—¿Cuáles consideras que son las principales armas de esta preselección?

—A mi juicio este es un conjunto que —además de juventud como te dije anteriormente— posee hombres altos y velocidad sobre la cancha. Para jugar bajo las tablas estamos el santiaguero Javier Justiz —quien se desempeña en estos momentos en la liga argentina— y yo. Osmel Oliva, campeón nacional con Pinar del Río, como defensa organizador, acompañado por el avileño William Granda, el matancero Yuniskey Molina, el habanero Lisván Valdés y el espirituano Yoanki Mencía en el juego por lo externo; todos constituyen una escuadra que puede dar batalla sobre la cancha.

 —¿Y debilidades…?

—Una de las mayores diferencias entre nuestro baloncesto y el que se practica en el extranjero es la efectividad a la ofensiva. Nosotros aquí fallamos mucho, como se vio recientemente en la Liga Superior de Baloncesto (LSB).

«¿Las causas…? Carencia de recursos técnicos y en el trabajo individual con cada jugador. Nuestra mentalidad no es la misma que la de los basquetbolistas foráneos. Ellos terminan sus campeonatos y se mantienen todo el año entrenando, si no es que compiten en otro certamen.

«Nosotros terminamos y… ¿aquel que no venga para la preselección nacional qué hace? Se queda en su casa hasta que empiece el próximo Torneo Nacional de Ascenso (TNA), donde por supuesto, pierde completamente la dinámica de juego.

A pesar de que están abiertas las academias provinciales, la mayoría de quienes no forman parte del equipo nacional no van a entrenar y tienen que ponerse a trabajar en cualquier cosa ajena al baloncesto.

«Mientras los basquetbolistas de otros países nunca se alejan de la pelota y el aro, los de aquí pasan meses sin pisar una cancha. Por eso hay tantas carencias en nuestros campeonatos, sobre todo a la hora de anotar, es algo lógico».

Este ala pivot oriundo del capitalino municipio de Boyeros contradictoriamente prefiere el juego exterior a pesar de que —como él mismo reconoce— es mucho más efectivo cuando se encuentra debajo del aro. Rivero ha sido calificado por la revista argentina Básquet Plus como un hombre explosivo, de excelente capacidad atlética, con buena capacidad de salto, eficiente en los rebotes ofensivos y peligroso en las transiciones. Como puntos flacos señalan la mecánica de tiro, su baja productividad en la defensa y el poco dominio en los fundamentos. No obstante, el principal enemigo que ha afectado a este talentoso atleta han sido las lesiones.

«En el 2015 me lesioné de un pie en Uruguay, mientras participaba en el campeonato de ese país con el equipo Tabaré. Después pasé a la liga argentina con el quinteto Estudiantes de Concordia, donde también participa Javier Justiz, y ahí me resentí la lesión. Me operaron aquí en Cuba y tras recuperarme me incorporé a esta última LSB, donde me fracturé el muslo. Ahora estoy trabajando en el fortalecimiento de los músculos y cuidándome, pues en las condiciones en las cuales se encuentra el tabloncillo del Cerro Pelado es fácil volver a lesionarse».

Internacionalmente Rivero representó a nuestro país en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014 y en el Campeonato FIBA América 2015, igualmente en territorio azteca. También ha militado en clubes internacionales como el Tabaré uruguayo donde tuvo participación en solo cinco encuentros con un total de 98 puntos anotados, 41 rebotes y diez asistencias; así como en el Estudiantes de Concordia argentino con el cual vio acción en 16 partidos y registró 142 anotaciones, 65 recuperaciones bajo el tablero y 12 asistencias.

«La experiencia en Sudamérica fue excelente. El nivel de esos certámenes es elevado y bastante parejo, lo cual te obliga constantemente a exigirte. Tengo interés de que me contraten nuevamente para jugar en el exterior, pero por ahora mi principal objetivo es alcanzar el tope de mi estado físico».

—¿Qué piensas de este nuevo formato de clasificación mundialista, que les va a permitir jugar en Cuba frente a potencias como Estados Unidos, Puerto Rico y México?        

—Va a ser un evento fortísimo con las mejores figuras de cada país. Nunca me he presentado en Cuba vistiendo la camiseta del equipo nacional, por eso para mí será muy emocionante ver la grada llena con la familia y los amigos del barrio mirándote. Eso hace que uno se crezca sobre la cancha.   

«Nosotros queremos dar el mejor espectáculo en cada partido para que el público regrese a la otra jornada. Eso es lo que queremos, tener una racha buena y meternos en la comidilla.  Nadie sabe, “la suerte es loca y a cualquiera le toca”. El único equipo fácil es el nuestro pero podemos aguantar si explotamos nuestra velocidad sobre la cancha y la resistencia física, porque en cuanto a recursos estamos muy por debajo».

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Hermes dijo:

1

8 de agosto de 2018

18:00:24


Jugadores con su talento hay muy pocos en nuestro pais y a pesar de que soy su amigo en particular lo considero unos de los jugadores de baloncesto del pais y gracias a ellos veo que le estan abriendo las puertas al baloncesto cubano.

Jeroboan Rodrigues dijo:

2

27 de mayo de 2019

15:01:14


Eres el mejor jugador de Cuba x mucho y espero q todo en adelante sea 100% mejor para ti y para el baloncesto cubano