Títulos centroamericanos, actuaciones de clase mundial y después, silencio absoluto.
El nombre de Yesenia Ferrera, gimnasta de altos vuelos, desapareció de la comidilla en el universo atlético cubano a mediados del 2015, justo cuando se pensaba que podía atacar el escenario panamericano y dar otro paso de avance.
«Antes de los Juegos de Toronto fui sancionada por indisciplina: un año fuera del equipo nacional. Era un poco inmadura, tomaba decisiones sin pensar y ya, sin valorar las consecuencias que podía traer. Ahora he cambiado mi carácter, he moderado mi forma de ser, mi modo de acercarme a las personas. Soy más humilde. He cambiado muchísimo, lo noto», nos cuenta Yesenia en un impasse de trabajo sobre el tapiz de la Escuela Nacional.
Se suelta a medida que avanza el diálogo, pero casi hay que arrancarle las palabras de la boca y ella lo sabe. «Soy un poco gruñona, no de hablar mucho», recalca.
Por su inmadurez, Yesenia estuvo muy cerca de perder cualquier vínculo con el deporte; de hecho, se alejó casi definitivamente. «Cuando fui sancionada me mantuve entrenando dos meses en Santiago de Cuba, pero después lo dejé. Pensaba en salir del deporte por completo, porque nunca pensé que me llamaran de vuelta, ya había perdido la esperanza».
***
Gloria Núñez y Richal Ferrera practicaron gimnasia en Santiago de Cuba. Ella se lesionó y no pudo continuar, y él pasaba de deporte en deporte sin encontrar su verdadera pasión. La vida los unió y Yesenia fue uno de sus frutos. Pasó hace 18 años.
Gloria y Richal condujeron a su hija por los intrincados caminos de los saltos y las barras, y definitivamente acertaron. «Empecé en la gimnasia desde los cuatro años y ellos siempre han sido mis preparadores, han estado arriba de mí todo el tiempo», revela.
Pero ese seguimiento de sus padres no ha podido ser tan intenso como quisieran, porque Yesenia lleva años en la Escuela Nacional, alejada de su tierra indómita y de cualquier ambiente familiar, aunque no es algo que la golpee tan fuerte.
«El hecho de estar separada de tu gente es difícil porque extrañas, cuando te sientes mal necesitas que te apoyen. Pero yo me crié con mi abuela y no me ha costado tanto trabajo adaptarme. Además, ahora tengo cerca a mi hermana, mi vida», asegura mientras observa a lo lejos la labor de una pequeña.
«Esa es mi hermana», me dice y sonríe. «Ella es en realidad mi mayor motivación aquí, la que de verdad me levanta el ánimo para entrenar bien y fuerte».
El hilo de esta historia es más o menos como pueden imaginar. Isuamis Ferrera, una niña de 11 años que se mueve con elegancia por el tabloncillo, comenzó en la gimnasia para seguir los pasos de su hermana Yesenia y tratar de superarla.
«Ella comenzó por mí. Veía mis videos, iba a los entrenamientos y decía que quería ser como yo… o mejor que yo».
Ahora juntas forman parte del gran hogar que representa la Escuela Nacional.
«Funcionamos como una familia, tanto los varones como las hembras. Crecimos juntos, el más grande apoya al más pequeño. El mismo Manrique, que es la estrella, se acerca a los niños, a las muchachas y está pendiente de todos, siempre tiene ese detalle».
***
Desde Anadia, Portugal, llegó la noticia del avance a finales mundiales de salto, viga y manos libres. Yesenia Ferrera era la protagonista, esperanzador preámbulo para la gimnasia femenina, sin noticias halagüeñas a ese nivel desde hace mucho tiempo.
Pero esa fue su última competencia, hace dos años.
Todo ese tiempo de inactividad ha motivado un cambio en la indómita, quien dice tener sus metas claras y saber justo lo que quiere. «Regresé en cuanto me llamaron y ahora solo pienso en el clasificatorio de Guatemala, el reto inmediato. En los Centroamericanos quiero buscar la corona y todos los títulos posibles. Después vendrán los Panamericanos, los Mundiales, en los que estoy segura de que puedo lograr un resultado positivo, sobre todo en manos libres y caballo de salto», explica.
No hay camino sencillo, lógicamente, y para lograr el nivel requerido para llegar a esas competencias Yesenia ha tenido que ponerse las pilas. «Es un proceso muy difícil, me ha costado mucho trabajo volverme acostumbrar al régimen, por el entrenamiento y los horarios. En Santiago hacía lo que quería y cuando quería, pero aquí es diferente.
«Estoy cumpliendo porque quiero lograr un resultado y estoy confiada en poder hacerlo. No he perdido el tiempo, el objetivo es conseguir dividendos cuando tenga la oportunidad de competir».

















COMENTAR
Rubén dijo:
1
2 de junio de 2017
10:08:44
Fernando Veliz Respondió:
7 de julio de 2017
16:04:45
Ángel L.Torres Hdez dijo:
2
2 de junio de 2017
14:26:51
yam dijo:
3
2 de junio de 2017
20:54:50
amado dijo:
4
3 de junio de 2017
11:25:35
pABg0nZ dijo:
5
6 de junio de 2017
10:43:36
Linares dijo:
6
8 de junio de 2017
08:52:50
Responder comentario