
Manrique Larduet tiene 19 años. Su rostro deja ver ese brío juvenil, pero sus ojos no pueden ocultar la voracidad de un gimnasta descomunal con ambiciones de saltar al tope del orbe. En su entorno, algunos le llaman «La Máquina», etiqueta con la que él mismo ha bautizado a su equipo de trabajo en las redes sociales.
«Desde que tenía nueve años veía a los atletas más experimentados entrenar y mi único pensamiento era funcionar como una máquina. Ahora digo que nosotros, este grupo que ha devuelto la esperanza a la gimnasia cubana, somos una máquina de guerra», asegura el santiaguero sentado en una ventana de la Escuela Nacional, su hogar desde hace más de una década.
Justo por allí saltó cuando interrumpimos su viaje rumbo a un breve descanso, tras culminar la enésima sesión de entrenamientos en este 2017, enfocados en la puesta a punto para afrontar, de una buena vez, su primera competencia en nueve meses.
Desde allí, sentado en la ventana, me habló sobre el futuro, los proyectos, los retos, siempre mirando al horizonte, aunque inevitablemente viajó en el tiempo hasta situarse, con exactitud, en la sesión de pódium de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
«Son momentos que no voy a olvidar. Me lastimé en una rutina de manos libres, pero no le dije nada al profesor Carlos Gil. Solo cuando vi que la molestia no se me quitaba practicando arzones, decidí contarlo», recuerda Manrique.
«Fue una ruptura en un tendón de la pierna izquierda, casi ni lo creía, pero me impidió cumplir mi sueño. Estaba listo para ganar una medalla de cualquier color, a pesar de que no teníamos una base sólida de entrenamientos en libre, salto y anillas. Al final, de Río solo pude conocer algo la Villa, el desayuno me lo llevaban a la cama, me cargaban hasta los entrenamientos, no se lo deseo a nadie», explica el indómito, quien prefiere quedarse con las memorias positivas.
«En medio de todo aquello, los gimnastas de otros países se preocuparon muchísimo, me dieron ánimo. Además, recuerdo que me aconsejaron no competir porque estaba en riesgo mi carrera, pero decidí lanzarme y no perder la oportunidad, pues los Juegos son cada cuatro años. Todo eso me hizo más fuerte», revela Larduet.
FRONTERA Y CONTINUIDAD
Después de los Juegos Olímpicos, el único aparato que utilizó Manrique fueron unas muletas que lo acompañaron un par de semanas. Su hiperactividad característica necesariamente quedó relegada y entonces salió a relucir su paciencia, su sangre fría para soportar el proceso de total recuperación alejado de los tabloncillos.
Ese lapso de calma, en ocasiones necesario para bajar la adrenalina, ha sentado muy bien al santiaguero. «Me siento relajado, entreno con más confianza y los elementos se me hacen más fáciles», dice.
«Claro, una cosa es el entrenamiento y otra enfrentarse a los jueces en una competencia, algo que en este año no hemos tenido. Así iremos al clasificatorio centroamericano de junio próximo en Guatemala, donde la mayoría de los muchachos del equipo llegarán casi sin roce internacional», reflexiona Manrique, ya ansioso por mostrar su potencial en tales escenarios.
«Quiero competir, pero sin arriesgar nada. En Guatemala, por ejemplo, no haré el libre, en esa modalidad estoy preparando una rutina nueva de mayor complejidad, la cual espero tener la oportunidad de mostrar en el Mundial de Montreal en septiembre. Es uno de los aparatos en el que aspiro a ganar medallas en este ciclo olímpico», asegura confiado el único deportista cubano con posibilidad de ser multilaureado en cualquier cita.
En los Centroamericanos de Veracruz 2014 ganó dos oros y otras cinco medallas, cosecha que puede superar en Barranquilla 2018, aunque tendrá un rival de categoría universal en el anfitrión Josimar Calvo. «Estoy más enfocado en lo que quiero y cuento con un entrenador que sabe lo que debe hacer para que compitamos con ánimo y solidez. Eso ayuda y, sin confiarme, tal vez pueda llegar a tres o cuatro medallas de oro en Colombia».
Son las palabras de un verdadero «monstruo» de la gimnasia, que ya ha tocado la gloria y va por más. «Con el tiempo he logrado entrenar y rendir como una máquina, pero tengo que seguir, no me puedo conformar».

















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Arsenio dijo:
1
12 de mayo de 2017
00:05:24
Miguel Angel dijo:
2
12 de mayo de 2017
04:05:44
R GC dijo:
3
12 de mayo de 2017
09:37:04
Leonardo Castañeda dijo:
4
12 de mayo de 2017
20:24:42
Reinaldo Cedeño dijo:
5
16 de mayo de 2017
06:52:52
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