Otro Clásico en la carretera

Este martes arrancará en el extremo oriental cubano el Circuito Nacional de Ruta Guantánamo-Pinar del Río-La Habana, o simplemente el Clásico Ciclístico, nombre mucho más apropiado para la difusión mediática de un evento.

Con un recorrido casi idéntico al del pasado año, la lid comenzará en Guantánamo, donde se realizará un circuito interno de 60 kilómetros en la ciudad, para salir en la mañana siguiente rumbo al territorio santiaguero, cuya meta se encontrará en la mítica Gran Piedra, exigente y tradicional premio de montaña de los trazados ciclísticos del patio.

Por cauces tranquilos y sin demasiadas elevaciones transcurrirá la competencia en su tercera y cuarta etapas, esta última una contrarreloj por equipos entre Cacocún y Holguín. Después vendrá entonces el extenuante paso por las llanuras de Camagüey y Ciego de Ávila, más de 300 kilómetros de rectas interminables en dos días.

Contrario al año anterior, el descanso no será en territorio avileño, sino en Cienfuegos, tras la rigurosa escalada a Topes de Collantes, decisivo puerto de montaña al término de la séptima etapa.

Luego del asueto el 21 de febrero, la caravana vivirá una doble jornada, primero con el circuito en la Perla del Sur durante la mañana, y en la tarde el trazado hasta Santa Clara.

Del territorio central los pedalistas emprenderán otras duras rectas hasta Cárdenas y Artemisa, por ese orden, para luego dirimir la contrarreloj individual (35 kilómetros) entre Herradura y Pinar del Río, penúltima etapa del Clásico, que cerrará con el trazado desde Los Palacios hasta el Capitolio habanero, escenario que vivirá nuevamente el cierre de la prueba tras mudarse transitoriamente el año pasado a la sala polivalente Ramón Font.