Barcelona toma asiento en la final

Con suspenso y nervios sobre el minuto 90, el Barcelona se incluyó en su cuarta final de la Copa del Rey de forma consecutiva, tras firmar un empate de local 1-1 este martes, frente al Atlético de Madrid.

Tras la ventaja obtenida en el cotejo de ida una semana atrás por 2-1, el 11 catalán salió dormido a la cancha en la primera parte del choque, y a punto estuvo de ver cómo sus adversarios tomaban la delantera. Sin embargo, gracias a las atajadas de Jasper Cillessen y a la mala puntería de los hombres del Atlético, el gol no apareció.

Los papeles estaban trastocados, los visitantes daban una clase de fútbol al Barcelona, con un juego ordenado, de toques sencillos y con velocidad en los contragolpes; mientras los locales presentaban un mediocampo sin ideas en ataque y una defensa endeble.

Pero una vez más el elenco azulgrana apeló a su figura indiscutida cuando más le apuraba: Lionel Messi, quien tras quitarse un par de marcadores, sacó un remate de media distancia que rechazó el portero Miguel Ángel Moyá, pero el balón terminó en las piernas de Luis Suárez, autor del tanto inicial al minuto 43.

Parecía que la eliminatoria estaba sentenciada, pero nada más lejos de la realidad, porque el Atlético siguió en busca de la remontada con garra y corazón. A pesar de fallar en reiteradas ocasiones —incluyendo un penal de Kevin Gameiro—, las esperanzas cobraron vida cuando el propio Gameiro firmó el empate al minuto 83.

El cierre fue de infarto, en un partido que ya de por sí tenía casi todos los ingredientes para la polémica (expulsiones, lesiones, penales no cantados, goles mal anulados y faltas bruscas), pero los dueños de casa aguantaron la embestida final de sus oponentes para celebrar el pase a la discusión de otro título de la Copa del Rey.

Ahora con la tranquilidad de saberse finalistas, el Barça espera por el ganador del duelo este miércoles entre Alavés y Celta de Vigo, confrontación que culminó 0-0 en el match de ida hace siete días.