El boxeo cubano, sin discusión, repitió otro año de éxitos en el presente 2016; señal que marca el buen ritmo con que se viene trabajando tanto en las categorías de cadetes, juvenil como en la de mayores.
Los resultados hablan por sí solos: campeones con los Domadores de Cuba durante la VI Serie Mundial; tres oros e igual número de bronces en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, y hace solo un mes se obtuvo el título por países en el Campeonato Mundial Juvenil, gracias a dos preseas doradas y otras tantas plateadas.
Más allá de esos triunfos, la mayor satisfacción radica en que el relevo de los principales hombres es hoy una realidad en nueve de las diez categorías divisionales, salvo en los pesos superpesados (+91 kilogramos), donde no se estabiliza un púgil con posibilidades reales de escalar un podio internacional.
Otro aspecto sobresaliente radica en que las tres principales provincias boxísticas de los últimos tiempos (Camagüey, Guantánamo y Pinar del Río) mantienen su hegemonía y tributan un buen número de competidores a las filas juvenil y absoluta. Los agramontinos conquistaron su sexta corona de manera consecutiva en el Campeonato Nacional Playa Girón, mientras los vueltabajeros se impusieron en la III Serie Nacional por equipos.
Además del trío de vanguardia, otras potencias que se quedaron atrás en los últimos años, como Santiago de Cuba y La Habana, retornaron a planos estelares y, en el reciente Girón ocuparon los puestos cuatro y cinco en ese orden. También conjuntos poco tradicionales como Matanzas, Sancti Spíritus y Villa Clara se han incluido en la élite boxística cubana.
Para el 2017 el escenario de competencias de los nuestros se muestra amplio, con la realización de la VII Serie Mundial (WSB) y la Copa del Mundo en Hamburgo, Alemania. Junto a estos dos eventos existen posibilidades de que los antillanos participen en el Boxeo Profesional de la Aiba (APB). Solo queda que su comité ejecutivo apruebe la incursión de pugilistas para actuar tanto en la WSB como en la APB.
Los objetivos son conquistar la cúspide de los tres eventos y para alcanzar semejante hazaña los técnicos tendrán que hilar muy fino con sus pupilos, quienes necesitarán llegar en óptima forma a los tres certámenes. Por ello es indispensable crear dos conjuntos que compitan en la WSB y la APB, siempre y cuando se consiga intervenir en este último evento.
En la APB se boxea a seis, ocho, diez y 12 asaltos, por lo que han de seleccionarse a los hombres que se adapten mejor a esos retos, más allá de si son las primeras figuras en las divisiones. Un ejemplo lo constituye el subcampeón nacional del 2015 y 2016 en los 69 kg Arisnoides Despaigne, quien el año anterior incursionó con éxito en el boxeo profesional.
De la preselección que comanda el entrenador Rolando Acebal se espera que siga por la senda del éxito en el 2017. Divisiones como los 48, 52, 56, 64 y 69 kg tienen cada una hasta tres representantes que pueden pelear en distintos eventos con la casi total seguridad de que amarrarán las victorias.
El 2017 marca el inicio del nuevo ciclo olímpico, que concluirá en Tokio 2020 con la cita estival. Hacia la capital nipona apunta el buque insignia del deporte cubano.
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Miguel Angel dijo:
1
27 de diciembre de 2016
06:38:32
Nardo Menéndez dijo:
2
30 de diciembre de 2016
07:32:43
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