ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
«Aunque la vida a veces te golpee, uno tiene que saber que hacia adelante siempre hay un camino», asegura Yoslán. Foto: del autor

PINAR DEL RÍO.—Aquel día de agosto del 2008, cuando los médicos le aseguraron que nunca más volvería a caminar, Yoslán Artea­ga Rodríguez sintió que el mundo se derrumbaba. Tenía 18 años, acababa de graduase con rango de subteniente en una escuela de poli­cías, y pronto comenzaría a trabajar como jefe de sector en La Habana Vieja. Sin embargo, sus planes y sus sueños de repente se des­mo­ro­naban.

Estaba de vacaciones en su casa del poblado de Briones Montoto, regresaba del río junto a un grupo de amigos y decidió tumbar unos cocos para sacarles el agua. Entonces vino el resbalón cuando ya estaba en lo más alto del árbol, el dolor insoportable, la operación que se prolongaría durante unas siete horas y aquel dictamen terrible que le enfrió todo el cuerpo.

«Me dijeron que no iba a caminar más. Que me adaptara a la idea de comenzar una nueva vida. No podía ni siquiera sentarme, pero mis compañeros del Ministerio del Interior hicieron las coordinaciones para que pudiera rehabilitarme en el hospital Julito Díaz y eso me sirvió de mucho. Al mes, ya sabía valerme por mí mismo», relata.

Antes de entrar en el hospital, Yoslán confiesa que rechazaba a la gente. «Me sentía incómodo, pensaba que me estaban ayudando por lástima. A veces la mente humana es complicada, pero cuando empecé la rehabilitación, me di cuenta de que había otras personas en circunstancias aún peores, y seguían luchando por la vida».

Cuatro meses más tarde, el joven regresaba en una silla de ruedas a su casa de Briones Montoto. «Siempre andaba corriendo de un lado a otro y la facilitadora del Inder me preguntó si me gustaría practicar deportes. Ese año no pude entrar a la Facultad de Cultura Física, porque todavía no sabía cómo hacer para viajar en guagua, pero al siguiente, me permitieron quedarme en el albergue del estadio Capitán San Luis y me ubicaron en el área de lanzamiento (disco, bala y jabalina), que es donde más posibilidades mostré en las pruebas».

Desde entonces, Yoslán ha ido especializándose en las tres modalidades, al punto de que en los últimos cuatro años ha obtenido medallas en cada una de ellas en los juegos deportivos nacionales para personas con discapacidad. Además, ha ganado varias veces la carrera Marabana (21 kilómetros), en la categoría de silla de ruedas.

«Cuando lo logré por primera vez me sentí muy contento. Aquí en la provincia, la gente me dice campeón y eso lo motiva a uno a seguir adelante, para no defraudarlos», asegura quien pondera la preparación intensa para al­canzar tales resultados.

Por ejemplo, cuando entrena para el Ma­rabana, su jornada inicia a las 4:30 a.m., para aprovechar que apenas hay tráfico. Después de recorrer entre diez y 20 kilómetros, en una po­sición incomodísima, inclinado hacia ade­lan­te, con el pecho pegado a las rodillas, pasa a los lanzamientos y luego al gimnasio para hacer pe­sas, donde permanece hasta alrededor de las 2:00 p.m. Luego, en la tarde, vuelve a las calles y recorre entre ocho y diez kilómetros más.

A sus 27 años se define como un joven alegre, al que le gusta la música y el fútbol, compartir con sus amigos y hasta jugar al béisbol. «Así, en silla de ruedas, puedo pitchear, y dar ba­­tazos tremendos», dice.

Muchas veces le ha tocado hablar con personas que también han sufrido accidentes, pa­ra transmitirles optimismo. «A todos les sugiero que no se encierren, pensando que la sociedad los va a tratar mal por tener una discapacidad. Hace poco me preguntaron para qué yo le daba entrevistas a la prensa y respondí que es porque puede serle útil a otras personas que atraviesen una situación si­milar a la que sufrí yo.

«Cuando a usted le pasa algo tan duro, siempre piensa que ahí termina todo, que no hay futuro. Pero no es verdad. Uno tiene que saber que ahí no se acaba la vida, que se pueden lograr muchas cosas, que hacia adelante siempre hay un camino», reflexiona.

Como deportista, Yoslán tiene las mismas aspiraciones de cualquier atleta: «Lograr marcas de nivel internacional, integrar un equipo Cuba, competir y traer un título para mi provincia y mi país». No obstante, su mayor triunfo siempre será haber sabido sobreponerse a la tristeza y al dolor, para convertirse en ejemplo de voluntad y de esperanza. En eso, ya ganó la medalla de oro.

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Ian dijo:

1

21 de diciembre de 2016

09:04:02


Y modelo tambien puede ser!!!

R GC dijo:

2

21 de diciembre de 2016

11:01:30


muy bien, joven inteligente, eres fuerza, a imitar, éxitos

Abraham dijo:

3

21 de diciembre de 2016

14:22:54


Que bien que veo a Yoslan, agregar que este año hizo 1hora y 29 minutos exactos en la Media Maratón, tiempo muy bueno, a pesar de que su silla de ruedas no esta ni regular. Tu gente de "Eterna Juventud" te acompaña y apoya y lo hará por muchos años, pa´lante Campeón, Abraham.

Esperanza Bulguera dijo:

4

22 de diciembre de 2016

08:11:12


Quién dijo que todo está perdido, él ofrece en cada momento de su vida el corazón, así somos los cubanos discípulos de Fidel, ante las adversidades nos crecemos. Felicidades Yoslán

Juan Pablo Becerra dijo:

5

22 de diciembre de 2016

10:22:41


Lo conozco en lo personal. He intercambiado en algunas ocasiones con él y de verdad que es digno de admirar. Solo desearle mucha salud y suerte en su vida.

Jéssica dijo:

6

25 de diciembre de 2016

00:18:14


Acidentes pueden ocurrir a cualquiera, pero seguir pa'adelante de cabeza erguida despues de todo, eso sí es para pocos....felicidades! !!!!

lia dijo:

7

25 de noviembre de 2017

09:09:57


de veras eres digno de admirar suerte y adelante. Felicidades

Lianny dayli dijo:

8

24 de febrero de 2018

15:49:24


tuve el honor de entablar una conversacion con él y puedo asegurar que hombres como él, no existe. Es genial tanto en el deporte como en las relaciones humana. Felicidades campeon.