El toque de bola, ya sea para embasarse o para adelantar a un corredor, y el robo de bases son, hasta el momento, dos elementos básicos en el béisbol. Pero, ¿lo seguirán siendo?
Muchas son las voces que se levantan hoy en día en contra del llamado «juego chiquito». La mayoría de los equipos profesionales consideran que regalar un out para adelantar a un hombre no es una buena idea; sobre todo porque existen nuevas estadísticas que afirman que la posibilidad de anotar una carrera es mayor cuando hay un corredor en primera sin out, que en segunda con un out y, por consiguiente, sacrificar a un bateador no resulta beneficioso.
Si esto funciona así, entonces nuestro béisbol no camina acorde con estas ideas. La realidad dice a las claras que en nuestra Serie Nacional se toca 1,31 veces por juego, aclarando que las estadísticas reflejan solo a los ocho equipos que pasaron a la segunda fase en las cuatro Series Nacionales anteriores, es decir, de la 52 a la 55, sin incluir la fase de 16 conjuntos.
¿Cuál sería la media en otro béisbol? Solo pondré dos ejemplos: en la temporada recién concluida el equipo que más tocó en ambas divisiones de las Grandes Ligas fue los Bravos de Atlanta, 64, lo que equivale a 0,40 toque en 162 partidos, mientras el que menos lo hizo, los medias Rojas de Boston, solo sacrificó a un bateador en ocho ocasiones, un mínimo porcentaje de 0,049 por desafío.
Sin duda, en nuestra pelota se toca bastante, con el agravante de hacerlo en reiteradas ocasiones antes del primer tercio de juego. Es cierto que en este momento no abundan en el béisbol cubano los bateadores de poder, pero aún así no se justifica el exceso.
Un vistazo a los cuadrangulares nos dirá que en casa el por ciento de jonrones por juego es de 1,19, o sea, en estos últimos cuatro años los sacrificios han sido más abundantes que los jonrones.
En cuanto a las bases robadas, el promedio por juego es de 1,03, similar al de la mayoría de las ligas (los Cachorros de Chicago solo se robaron 66 bases, 0,41 de average por encuentro); por muchos motivos, entre ellos los lanzadores son ahora más dominantes y los bateadores entran en circulación con menos frecuencia. No quiere decir que estafar una almohadilla sea cosa del pasado, simplemente hay que aprovechar las opciones que brinda el juego en su desarrollo.
Aunque es cierto que ha ido en descenso: en 1986 la media de robos de base en Grandes Ligas era de 1,20 y el pasado año fue de 0,75. Es lógico, con hombres de mayor estatura y superior peso corporal se reduce el «juego chiquito» y aumentan los batazos grandes… siempre añorados por las multitudes.
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ANOTACIÓN POR ENTRADAS |
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V. DE GIRÓN |
C |
H |
E |
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GRA |
000 010 000 |
1 |
6 |
0 |
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G: Dairon Durán (3-0). P: Yanier Gonzáles (6-4). Js: Alexander Rodríguez (4). |
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(2do juego) |
C |
H |
E |
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GRA |
000 060 000 |
6 |
6 |
4 |
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G: Yoanni Yera (11-2). P: Juan R. Olivera (3-6). Js: Adrian Sosa (4). |
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A. C. Sandino |
C |
H |
E |
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HOL |
100 200 000 |
3 |
7 |
2 |
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G: Freddy A. Álvarez (8-1). P: Wilber Pérez (0-3). Jr: Alexander Malleta. |
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(2do juego) |
C |
H |
E |
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|
HOL |
000 000 000 |
0 |
8 |
1 |
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G: Yaifredo Domínguez (2-7). P: Luis A. Gómez (3-5). Js: Yasmany Hernández (9). |
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C. González |
C |
H |
E |
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CAV |
019 000 210 |
13 |
16 |
0 |
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G: Raidel Martínez (6-2). P: Arbelio Quiroz (5-8). Jrs: Edilse Silva, Roy Echemendía, Humberto Bravo y Rafael Viñales |
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(2do juego) |
C |
H |
E |
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CAV |
100 100 003 |
5 |
10 |
0 |
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G: Yunser Corrales (4-2) P: Dariel Góngora (2-4) Jr: Donald Duarte. |
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Gloria de Dios dijo:
1
9 de diciembre de 2016
06:18:59
francisco dijo:
2
9 de diciembre de 2016
06:36:32
Rodolfo Respondió:
10 de diciembre de 2016
11:18:55
Luis dijo:
3
9 de diciembre de 2016
09:25:48
Jorge Alfonso dijo:
4
9 de diciembre de 2016
13:37:24
Rubén R. Garza Piña. dijo:
5
9 de diciembre de 2016
14:49:37
Miguel Angel dijo:
6
11 de diciembre de 2016
06:55:00
Julvis dijo:
7
25 de diciembre de 2020
21:45:15
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