
Previo al evento, la ONU propuso respetar una tregua en los conflictos mundiales para propiciar un ambiente de armonía durante los XXXI Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, con sede por primera ocasión en un país de Sudamérica.
El llamado, como los realizados en pos de la tranquilidad en el propio Brasil —a manera de paréntesis en medio de su convulsa situación política— fue obviado por los nadadores estadounidenses Ryan Lochte, Gunnar Bentz, Jack Conger y James Feigen, quienes irrumpieron en una gasolinera en Río donde causaron serios destrozos, tras lo cual inventaron la mentira de haber sido asaltados a mano armada.
El video tomado por una cámara de vigilancia y transmitido por los canales de la televisión del gigante sudamericano resultó la más clara evidencia del hecho. Mas hoy, precisamente cuando Lochte carga con esta causa pendiente ante la justicia brasileña por «falsa acusación de robo», se le siente un sabor benevolente a las sanciones impuestas al cuarteto por el Comité Olímpico de Estados Unidos y la Federación Estadounidense de Natación.
Estas entidades suspendieron por diez meses a Lochte (debe realizar 20 horas de trabajo comunitario), en tanto los otros tres atletas resultaron separados solo por cuatro meses de la práctica de este deporte. Ninguno de los encartados apeló los fallos.
«El comportamiento de estos atletas no era aceptable. Injustamente difamaron a nuestros anfitriones y desviaron la atención de los logros históricos del equipo estadounidense. Cada uno ha aceptado la responsabilidad por sus acciones y aceptaron las sanciones apropiadas», afirmó Scott Blackmun, director del Comité Olímpico de Estados Unidos.
No solo difamaron, ofendieron al pueblo brasileño que tan amistosa acogida tributó a más de 10 500 deportistas del planeta, mintieron flagrantemente, tergiversaron lo acontecido aquella madrugada y, aun así, Blackmun califica las sanciones como «apropiadas». El tema tendrá continuación porque Lochte, regrese o no a Brasil, ha de responder a la acusación de la policía por su falso testimonio de robo.
«Si no hubiera exagerado al contar la historia (a la policía) o la hubiese contado completa, esto no habría sucedido, fui inmaduro», declaró el principal encartado (de 32 años), durante una entrevista concedida al canal brasileño Globo realizada en Nueva York y también en otra con la NBC. Admitió que la noche del invento del asalto «estaba ebrio» y regresaba de una fiesta junto a Gunnar Bentz, Jack Conger y James Feigen.
Lochte ha dicho que quiere ser una mejor persona y desea estar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. También agregó que ya ha desconectado de lo sucedido en Brasil y se prepara para participar en una temporada del programa televisivo estadounidense Bailando con las Estrellas.
El punto y aparte que pretende ponerle a la historia de aquella noche es seña de su irrespeto hacia los brasileños. No en balde quienes lo conocen aseguran que disfruta con ser el centro de la atención; aparece en las ceremonias de premiación con zapatillas de colores chillones diseñadas por él, y en otras ocasiones les pone innecesarias fundas de brillo a sus dientes, o como se le vio en Río de Janeiro, compite con el pelo teñido de blanco.
Sin duda, Lochte quiere ser una mejor persona.

















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Tunero tunero dijo:
1
16 de septiembre de 2016
01:41:14
Hater dijo:
2
16 de septiembre de 2016
02:28:28
Triple A dijo:
3
16 de septiembre de 2016
11:01:42
pABg0nZ dijo:
4
16 de septiembre de 2016
14:54:14
E.Navarro Respondió:
17 de septiembre de 2016
05:09:52
E vidaud dijo:
5
17 de septiembre de 2016
13:34:30
Orestes dijo:
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19 de septiembre de 2016
10:33:43
Omar dijo:
7
19 de septiembre de 2016
15:38:23
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