ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Que el rendimiento más valorizado del atletismo femenino en Río 2016 haya sido en una prueba preliminar y que el relevo de 4x400 tuviera tanta o mejor tasación que otras diez faenas, todas abrumadoramente alejadas de lo esperado, constituyen entuertos muy difíciles de comprender en la participación olímpica cubana del reciente agosto.

Las tablas de puntuación de la IAAF ofrecen especificidades nu­­mé­ricas para medir el rango de los resultados, así como equivalencias entre esfuerzos de diferentes áreas atléticas.

La correspondiente al sector femenino determina que el 65.38 en disco de Yaimé Pérez, en la preliminar B, marcó el esfuerzo tope de las mujeres cubanas en Río, lanzamiento valorado en 1 171 puntos.
Inclusive, fue el mejor disparo de las 32 candidatas. Pero de valor efímero. En la final Yaimé cargó con lo peor. Se fue en blanco. Ningún disparo válido.

Se quedó sin lugar, aunque haya avanzado al grupo de 12.

Algunos atletas se tensan más que otros, forma parte de las competencias. Son los primeros que sufren, por eso hay sicólogos en los grupos de trabajo, aunque los entrenadores son los principales en conocer y orientar a sus pupilos.

Denia Caballero ganó bronce en la final con cuatro centímetros menos (65.34). No consiguió llegar más lejos y se autocriticó pues ningún atleta quiere perder. Lo que deben analizar es cómo el año antes llegó a 70 metros y fue campeona mundial, mientras que en los meses previos a culminar el ciclo olímpico solo lanzó 67 y a la hora buena 65.

El tiro bronceado de Denia está valorado en 1 170 puntos, igual cantidad que recibe el récord nacional de 6 481 de Yorgelis Rodríguez en el heptatlón, donde finalizó séptima.

Una arista muestra que marcas consideradas semejantes en la tabla arrojan premios diferentes en la práctica competitiva por la calidad del contexto. Se debe a que en el heptatlón hubo más rivalidad y nivel cualitativo general que en el disco.

Otro aspecto es que Denia, con bronce y todo, resultó perdedora contra ella misma, contra sus posibilidades demostradas. Yorgelis no alcanzó podio y sin embargo creció de manera sobresaliente, además de sentar pauta para las heptatlonistas cubanas.

El relevo femenino de 4x400 metros no quedó último entre los 16 mejores del mundo convocados, pues corrió mejor que la cuarteta brasileña. Logró su mejor marca    del año con un registro equivalente a 1 137 puntos.

Ese monto es el mismo que recibe el 4.60 de Yarisley Silva en pértiga, y supera a todas las demás marcas del femenino salvo las mencionadas y el 2:00.50 de Rose M. Almanza en 800 metros.

Las chicas del relevo no se fo­guearon en Europa. Fueron hasta desmovilizadas al salir de los planes a última hora. Las recapturaron lue­go de renunciar Nigeria. Viaja­ron a Río después que todos, el día 15. ¿Cómo es que rindieron más que un montón?

Noten que las chicas de la selección nacional llegaron a Río con calidades diferentes en consonancia con resultados previos. Algunas como la maratonista Dailín Belmonte, por ejemplo, aun mejorando, nunca en­cabezarían el ordenamiento cualitativo por puntos.

En la tabla añadimos la puntuación de la marca del 2016 que acreditaron al llegar a la sede olímpica. Así, independientemente del ordenamiento general, podrá medirse la evolución o involución de cada una entre la etapa preparatoria y el evento cumbre.

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YABE dijo:

1

16 de septiembre de 2016

08:40:09


Considero que el atletismo cubano necesita cambios urgentes en sus estrategias de trabajo, así como en los entrenadores, talentos hay de sobra en esta isla, lo que hay que saber pulir el tesoro que tenemos, AHORA que comienza el ciclo olimpico. Saludos.

pABg0nZ dijo:

2

16 de septiembre de 2016

13:48:29


Pienso que esos jueguitos con cifras son buenos para los estadísticos, pero lo que al final queda es el rendimiento real del propio atleta teniendo en cuenta sus posibilidades, por ello es que comparar a Yaimé Pérez con Rosemarie Almanza o con Yorgelis Rodríguez, no nos dice mucho si se leen los puntos porque cada disciplina tiene otro contexto competitivo. A mi juicio lo que vale y debería ser tenido en cuenta a la hora de celebrar a entrenadores y atletas es en qué medida se acercaron a su propio límite o lo sobrepasaron en el momento de la competencia y se hace así indudablemente que Yorgelis y las muchachas del relevo 4x400 m son las que hicieron el mejor papel, pues hicieron sus mejores marcas del año, en el caso de la heptalonista la mejor de por vida, y ella también tuvo mala suerte con las condiciones climáticas durante la gira por Europa, pero la(s) marca(s) la(s) logró los dos días de la competencia principal. Para mí las grandes decepciones fueron las discóbolas, la triplista y las ochocentistas. Las primeras, pese a haber ganado una medalla, urge el análisis de por qué Denia no se acercó a su marca del año anterior, con la que hubiese ganado posiblemente la medalla de oro, y el caso de Yaimé fue mucho peor porque estuvo distante de su estabilidad de marcas del año en curso. En el caso de Denia cabe preguntarse si el año del mundial por haber estado precedido por los Panamericanos se hizo otro trabajo el cual a juzgar por los resultados parece haber sido mejor y en el caso de Yaimé la pregunta es de si las marcas hechas en Cuba a principios de año se pueden seguir teniendo en cuenta para decidir quién participa en las giras de verano, porque a decir verdad, parece que a algunos entrenadores y atletas ya les satisface tanto poder salir que con esto han logrado su objetivo principal del año. De Povea no sé qué pensar, lo mismo que las ochocentistas hizo su marca meses antes de la competencia principal y en Río fue una sombra de sí misma. Pensaba que las atletas por ser tan jóvenes, se crecerían en una competencia de tal magnitud y la que nunca se sabe si será la última oportunidad. En general dieron la impresión de que iban pensando que solo podían perder lo que les restó combatividad en la competencia.

alexis roque garcía dijo:

3

16 de septiembre de 2016

16:54:15


Con todo respeto, pienso que todo resultado deportivo en la competencia cumbre de la temporada debiera ser el mejor, es el objetivo por el que trabaja cada binomio atleta-entrenador, por eso pienso que el trabajo de Gabino Arzola en pruebas múltiples es digno de mención no solo por la excelente competencia de Yorgelis sino también por el de Leonel Suárez que logra en su tercera Olimpiada un meritorio sexto puesto con su mejor marca del año lastrado por un largo período de lesiones y hasta enfermedades , ahora bien no todo es en blanco y negro: cada caso tiene su análisis que deberá ser hecho objetivamente para determinar las causas del resultado que debió obtenerse y no se logró, pese a todo pienso que el axioma de el entrenador de medio fondo neozelandés Arthur Lidiard (estar listo para el día D) estuvo, está y estará vigente para cada atleta que aspire a lograr su mejor actuación en la competencia fundamental de cada temporada atlética.

Félix dijo:

4

19 de septiembre de 2016

08:59:56


Estoy muy de acuerdo con lo expresado por pABg0nZ y alexis roque garcía. Urge hacer una revisión del trabajo y de quienes lo realizan. Está claro que la competencia principal debe arrojar el resultado de una bien diseñada preparación; pongamos aparte el imponderable de una lesión en el momento de la competencia. No puede ser que se trabaje para cumplir la marca de clasificación con váyase a saber qué tiempo de a ntelación y no haya un debido seguimiento de cómo se evoluciona hacia la consecusión del resultado clave en la competencia para la que se trabajó. ¿O es que solo se piensa en hacer la marca para asistir y después que pase lo que pase? Tanto atletas como directivos y entrenadores tienen sus respectibvas cuotas de responsabilidad en esto.

José Piña dijo:

5

20 de septiembre de 2016

21:32:13


Felicitaciones desde Venezuela a los y las atletas de la República de Cuba por su destacada participación en los Juegos Paralímpicos Río2016. ¡¡Viva Cuba!! Viva el deporte. Viva la patria grande!!!