Yoelvis, un jugador con olfato a gol

ENCRUCIJADA, Villa Clara.—Entre la nue­va hornada de jugadores que participaron en el Campeonato Nacional de fútbol, ganado por decimocuarta ocasión por Villa Clara, está Yoel­vis González Cardoso, un joven de 21 años, quien causó muy buena impresión a la afición y los entendidos.

Oriundo de Encrucijada, Yoelvis marcó ocho dianas en el pasado certamen, cifra que lo convirtió en el tercer goleador de la cita.

Entrevistado por Granma, el delantero del llamado Expreso del Centro, confesó interioridades de su trayectoria y sueños futuros.

—¿Cómo nace la pasión por el fútbol?

—Bueno, me gusta tanto este deporte que creo que nací con una pelota entre los pies. Desde muy pequeño, mi papá Ademis González, que es pro­fesor de Educación Física, jugaba conmigo pa­ra que yo pateara el balón y así nació la pasión.

—¿Eso fue lo que te llevó a ingresar en la EIDE?

—Sí claro. Como me vieron que tenía habilidades, fui captado cuando tenía 12 años para esa escuela, a la cual agradezco la formación que me dio mientras permanecí allí, al igual que la recibida en la EPEF Comandante Manuel Fa­jardo, de Santa Clara.

—¿Y al Expreso del Centro, cómo llegas?

—Al terminar el servicio militar jugué la provincial y, por mis resultados, el técnico Raúl Me­deros me llevó a la preselección. Una vez allí me dije, esta es la oportunidad de llegar al equipo grande, por lo cual entrené muy duro hasta lo­grar la meta. Al principio estaba un poco pasado de peso y apenas completaba los partidos, lo que me obligó a bajar hasta los 80 kilogramos.

—¿Te consideras un goleador nato?

—Mira, el gol algunas veces sale, pero siempre hay que tratar de buscarlo, lucharlo como decimos en buen cubano, y esa es mi filosofía, salir a batallar todo el tiempo.

—¿A qué futbolista admiras?

—Mi ídolo es Ronaldo. Aunque muy distante de su extraordinaria calidad y habilidades, tra­to de parecerme a él en la manera en que pelea cada partido.

—¿Has pensado en el equipo Cuba?

—Esas son palabras mayores, pero espero un día merecer la oportunidad. Si me la gano, te aseguro que no los haré quedar mal. No me rendiré hasta lograr esa otra meta que es el sueño de cualquier deportista.