La Copa América Centenario de fútbol llegará a su fin el próximo domingo cuando las selecciones de Argentina y Chile rivalicen por su conquista en la ciudad de New Jersey.
Las dos selecciones reeditarán la final de hace un año celebrada en Santiago de Chile y que se decidió por la vía de los penales (4-1) en favor de los anfitriones, luego de un empate a cero goles en el tiempo reglamentario y en la prórroga.
Aunque en las nóminas de los dos elencos repiten muchos hombres, espero que el guion de la película tenga otros derroteros; aunque las preferencias estén compartidas.
Desde que comenzó la Copa América Centenario, el plantel rojo y los albicelestes salieron con etiquetas de favoritos al título, los primeros por ser los actuales campeones, gracias al buen toque de pelota que caracteriza su juego. No obstante, existieron dudas por el rendimiento mostrado en los partidos amistosos previos al máximo evento continental, producto del nombramiento de Juan Antonio Pizzi como nuevo director técnico, ante la salida de Jorge Sampaoli. El excelente trabajo efectuado por este último parecía no tener continuidad con el nuevo seleccionador nacional.
Esos temores afloraron para Chile en la fase de grupos, al perder en el debut con Argentina, por 1-2. Seguidamente obtuvo una controvertida victoria frente a Bolivia por el mismo marcador, gracias a un penal de último minuto que se inventó el árbitro estadounidense Jair Marrufo, tras una supuesta mano del defensor boliviano Luis Gutiérrez. En el compromiso con Panamá, los chilenos salieron airosos 4-2, mostrando una mejor cara en su accionar táctico y una mayor circulación del balón en la media cancha.
Solo a partir de los cuartos de final la Roja encontró su ritmo en el ataque para despachar primero, con una contundente goleada de 7-0 a México, y a continuación en semifinales dejar varada a Colombia (2-0). Los chilenos exhibieron efectividad en el ataque y excelente trabajo de presión para controlar la pelota, además de apuntalar su defensa.
Los gauchos, comandados por el astro Lionel Messi, han firmado un certamen redondo hasta su fase conclusiva, al punto de lograr cuatro goleadas en cinco encuentros, y solo necesitan un duelo más de buen fútbol para quitarse de arriba el cartel de equipo maldito en las finales.
Hay que recordar que Argentina no gana un título de mayores desde 1993 y ha caído en las finales de la Copa Confederaciones, en el 2005; en las copas América 2007 y 2015, y el Mundial del 2014, demasiadas oportunidades desperdiciadas por una generación de oro y donde milita uno de los mejores futbolistas de la historia: Messi.
En una final, de nada vale lo cosechado en las jornadas previas si no se consigue la gloria absoluta. Serán 90 minutos de puro nervio, donde lo más probable es que se juegue al seguro, sin arriesgar mucho arriba y cortando cualquier salida en el ataque del adversario.
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Michael dijo:
1
24 de junio de 2016
06:02:20
Rufino dijo:
2
24 de junio de 2016
07:18:30
Miguel Angel dijo:
3
24 de junio de 2016
08:05:49
adiel Morera dijo:
4
10 de junio de 2019
13:40:13
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