La práctica derrota a la fantasía

El Atlético de Madrid apeló exitosamente, una vez más, a su filosofía de juego, esa que lo define como un club que aprovecha al máximo sus oportunidades de gol y se sacrifica en la cancha para evitar que el contrario anote.

Ese Atlético fue capaz la tarde de este miércoles de vencer como local por 1-0 al todopoderoso Bayern Munich en el choque de ida de las semifinales de la Liga de Campeones de Europa.

El equipo colchonero no es una plantilla con un fútbol sobrado en sus botines, sin embargo, de la mano de su técnico Diego Simeone, ha aprendido a ejecutar un libreto futbolístico casi a la perfección: rentabilizar sus jugadas a balón parado, ha exhibido una entrega total sobre el césped, además de pasar el balón al mejor posicionado y presionar al contrario en sus salidas con la pelota.

Con ese manual recibieron en su casa al Ba­yern Munich y desde el pitazo inicial los es­pa­ñoles se apoderaron de la esférica para ahogar la salida de sus rivales, quienes no encontraban fórmula alguna para pisar el área madrileña. Fru­to de este trabajo, Saúl Ñíguez, un hombre sin tanto cartel, se gastó una jugada maradoniana, para dejar a cuatro contrarios sentados y mar­car de zurda un soberbio golazo al minuto 11.

Con el 1-0 el Bayern comprendió que tenía que dar mayor movilidad a su desempeño y a su vez bajar la intensidad mostrada por el Atlé­tico, si pretendía superar a una de las mejores defensas de Europa. Con el avance de los mi­nutos la estrategia del once teutón mostró dividendos y los locales se fueron replegando, pero el Bayern no consiguió hacer daño.

El Atlético, sin el balón, comenzaba su trabajo de desgaste en el encuentro.

Para la segunda parte el Bayern apretó el rit­mo y llegó a dominar la posesión del balón por encima del 70 %, sin que ello se tradujera en gol, a pesar de los remates envenenados de David Alaba primero, Javi Martínez después, Coman, Lewandowski y Vidal, quienes también lo in­tentaron sin éxito alguno.

A pesar del monólogo alemán en la segunda parte, los muchachos de Diego Simeone lograron recalibrar su planteamiento y solventaron con éxito las llegadas al área de los discípulos que comanda Pep Guardiola. Al final, el equipo más ordenado de Europa supo ganar en casa frente a una maquinaria que se mostró desencajada de cara al gol.

Dentro de seis días, en el partido de vuelta, el Bayern tendrá que desarticular la telaraña táctica que siempre propone “El cholo” Si­meone. Solo quedan 90 minutos para que Guardiola domine el obstáculo que ha constituido las se­mifinales para su equipo en los tres años que lle­va al frente de ese prestigioso club.