CIEGO DE ÁVILA.—Toda Ciego de Ávila se colgó del brazo del derecho Dachel Duquesne para emprender viaje a la capital con la mitad de la carrera hacia la reconquista del título cubierta. Los Tigres, en un partido no de tanta ofensiva, pero sí de vericuetos tácticos, derrotaron por segundo día consecutivo a los Industriales (marcador de 8-0), con lo cual, además aseguraron que la decisión de esta semifinal sea en su cuartel general del José R. Cepero, otra vez abarrotado y como siempre chiquito, escaso para una afición que también está desde las tribunas defendiendo la corona.
El gran protagonista de la noche fue Dachel Duquesne, quien llenó su condición de pitcher con una faena en la que se le vio dueño de sí mismo. Economía de lanzamientos y de movimientos, pues la fluidez de su lenguaje corporal en la lomita lo administró para avanzar en el choque sin síntomas de cansancio. Buen slider, recta no supersónica, pero incómoda, porque la puso siempre donde dolía, y buen manejo y control de la zona de strike, lo hicieron indescifrable para la ofensiva industrialista, que no pasó de dos sencillos.
Yeniet Pérez, Luis Robert y Raúl González fueron los mejores bateadores de los campeones, con dos imparables cada uno. Sin embargo, a Duquesne no le hacía falta tanto en lo que ha sido una de sus mejores presentaciones de una fructífera temporada para él.
“Me basé en el control, en sacar out al primer hombre de cada entrada. Sí, tiré más rectas y utilicé el slider y el tenedor para ponerme encima de los bateadores. Frente a la batería zurda de los Industriales, trabajé siempre en la esquina de afuera, pues aquí camina mucho la bola por el jardín derecho”, dijo Duquesne, quien en la temporada sus víctimas le promedian menos de 100 de average. Ayer sacó el mismo traje de verdugo con 87 envíos en siete episodios.
Como la afición apreció, el juego se abrió en la quinta entrada, cuando los dos puestos de mandos fueron exigidos.
Todavía debe discutirse si fue correcto pasar intencionalmente a Guillermo Avilés, con dos outs y la primera desocupada, teniendo en cuenta que el refuerzo granmense lleva más de 30 turnos sin producir en play off y en este con siete oportunidades en blanco. Antes de opinar, analicemos dos momentos clave en el desafío, en los cuales el abridor azul, Noelvis Entenza se divorció de la zona de strike y en ambos el desenlace fue fatal para la visita.
En el segundo, con un out y hombre en primera, un wild metió en segunda la ventaja, luego boleó a Osvaldo Vázquez y tratando de encontrar el home Raúl González le empujó la primera. En la quinta, tras jit de Yorelvis Charles, volvió a perder la goma y transfirió nuevamente a Vázquez. La cueva avileña ordenó el sacrificio a Raúl González, pero al advertir el descontrol del pitcher, cambió la seña, pues buscaría la zona ante el supuesto sacri. Resultado, doble al izquierdo y allí empezó lo que terminó con racimo de cinco anotaciones.
Si en ese capítulo, con dos outs y perdiendo por tres, el alto mando debió o no pasar a Avilés no tuvo mucho que ver, ya se trataba de la resaca, aunque lógicamente pesó en la pizarra y en la disposición azul. Javier Méndez tenía dos salidas, o enviaba por bolas a Avilés hacia la inicial o traía del bullpen a uno de sus dos zurdos, Norberto González o Yulieski González. En nuestra modesta opinión debió decidir por esta última variante.
Ahora, si hubiera dominado a Avilés, lo cierto es que el resultado solo cambiaría en la cantidad de carreras, pero el ganador hubiera sido el mismo. A la flaqueza del pitcheo capitalino, que anoche permitió 12 jits —más los 21 del primer juego, son 33— otorgó siete boletos y lanzó cuatro wild, se unió una anémica ofensiva, incapaz también frente al estabilizador Yander Guevara y el cerrado Yenier Cano. Sin comentarios, en una final son demasiadas insuficiencias.

Para mañana Javier Méndez anunció al zurdo Norberto González “y en cuanto a la jugada del quinto, la idea era quitarnos al zurdo Avilés y además ni él ni Yeniet han estado bien contra nosotros en la temporada”, precisó. Roger Machado enviará al montículo a Lázaro Blanco.
Carlos Tabares, casi al despedirse nos comentó que “el play off tiene siete juegos, solo estaremos eliminados cuando ellos ganen cuatro, mientras seguiremos combatiendo y te digo que sí, que podemos levantar esto, el béisbol es incierto, no tiene nada escrito hasta el final. Ojalá el Latino se llene como hacen los avileños aquí, es muy bonito jugar con grada llena”. Y así mismo nos dijo Machado, “no estamos a la mitad, solo vamos delante, hasta que no ganemos cuatro, no hay nada decidido, jugamos ante un gran rival y hay que mantenerse hasta el final con el mismo ritmo”.

















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Amaury González (EL ZULUETEÑO AUSENTE) dijo:
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29 de marzo de 2016
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Arturo dijo:
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roy dijo:
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El Ninja dijo:
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sergio mr Respondió:
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abel dijo:
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Inye dijo:
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