Johen Lefont batió el récord de más toques del balón dentro del agua. Foto: Cortesía del autor
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La mañana ni por asomo se antojaba idónea para intentar desafiar una vez más los límites de la capacidad humana. No se trataba únicamente del enclave de la piscina del Hotel Meliá Cohíba. Johen Lefont durante la última semana de preparación en dicho escenario solo había podido superar sus 1 503 toques precedentes en una ocasión...
Entonces sacó a relucir esa estirpe de cubano, buscó concentración previa con pequeñas carreras alrededor de la piscina, besó el balón y lo puso en su frente antes de iniciar el intento, confió en la cortina humana que se colocó de frente a la alberca y miró el ondear de la bandera para calcular la dirección del viento y... ¡Nuevo récord de dominio del balón, 1 513 golpeos con su testa! la continuidad de un romance que inició justamente en el mes de febrero del 2010 en el Hotel Habana Libre. Sexto primado, con la venia de Poseidón y una virtud que al decir de su entrenador Jorge del Valle destaca sobremanera en el plusmarquista matancero de 28 años: la voluntad, esa perseverancia y enfoque perenne, cuando de materializar una nueva quimera se trata.
Así, en un lapso de poco más de 11:14 minutos, el otrora miembro de la selección nacional de polo acuático, y quien inició su romance con el agua a los siete en la natación fue acercándose de 50 toques en 50 a la cifra soñada. Del otro lado familiares, buzos con cámaras subacuáticas para validar la cota, sus padres, amigos, su novia, Douglas Hernández, su iniciador, Lázaro Curbelo, igualmente plusmarquista y amigo, y el poule de jueces encabezados por Ia internacional Irasema Aguilera, además de los invitados y patrocinadores, como la cadena Meliá y su staff del Cohíba, la Red Bull, Ciego Montero y Habana Club, entre otros.
EN PRIMERA PERSONA
Puedo afirmar que la relación que me une a Lefont trasciende el plano profesional. Recuerdo haberlo visto iniciarse en el Complejo de Piscinas Baraguá por el año 2009, al término de sus sesiones de entrenamiento con la armada élite de polo acuático, agregándole desgaste y esfuerzo a su organismo, poniendo a prueba su tenacidad. Precisamente sobre esas y otras cuestiones, destilando felicidad accedió a Hablar con Granma el atleta de 28 años.
"Fue una mañana difícil, como todas las de esta semana. salvo el martes, cuando superé la cifra con holgura y me sentí físicamente de maravillas, ningún otro día pude lograrlo, hasta hoy.
Es cierto que desde septiembre del 2014 no intentaba una nueva cota, pero eso no significa que no estuviese entrenando. Tuve la posibilidad de hacerlo en Italia, pues fui a visitar a mi hermano y allí tenía una piscina cerca en la que entrenaba todo: ritmo de natación, carreras, físico, y lo que es esencial, el control del balón.
Clima hostil, ¿Componente psicológico y planos de mayor desgaste?
— Es cierto, busqué serenidad, contaba con el apoyo de muchísimas personas. Este récord es para Cuba, mi sexto y no podía defraudar. Esas fueron mis fortalezas en lo anímico. En lo físico te diré que las piernas sufrieron mucho, apenas me las siento. Sucede que estoy un poco pasado de peso y los desplazamientos, especialmente hacia los laterales no poseen la misma velocidad.
Hoy tuve que apostar a ellos en varias oportunidades, aunque la pared humana de solidaridad y mantenerme cerca del muro de la piscina contribuyeron. Igualmente las indicaciones de Jorge del Valle a cada minuto me alentaban. Sentí que todos compartieron mi tensión durante esos 14 minutos.
¿Planes de cara al futuro?
—Pienso llevar la mayor cantidad de modalidades dominadas por Erick Hernández en la tierra al agua. Somos una familia, nos alentamos y exigimos nuevas metas. por eso buscaré dos modalidades de intensidad: más toques en 30 segundos y un minuto, además de cruzar una piscina olímpica dominando. Claro que eso me exigirá elevar y estabilizar mi preparación al máximo acá en Cuba, fortalecer los planos del cuello, no descuidar las piernas y la espalda, y otra dosis de entrega y confianza si de desafiar el viento como aliado negativo se trata.
Hazañas, bendiciones de Poseidón. El delfín del fútbol o dominio, como se le conoce internacionalmente ostenta además cotas de 200 metros con control del balón en desplazamiento, 99 golpeos con un cinturón de 15 kg de lastre asido a su cintura. Este sábado disfrutamos todos de sus 1 512 caricias a la Adidas que será el balón oficial de la Eurocopa
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