SANTIAGO DE CUBA.— Después de rodar más de cien kilómetros, después de mirar Guantánamo desde el retrovisor en una larga y caliente autopista, después de superar en medio de la algarabía las metas volantes en La Maya, Songo y el Cuartel Moncada, solo entonces apareció, imponente, la Gran Piedra, el premio de montaña más exigente del Tercer Clásico ciclístico nacional.
Leves inclinaciones en los poblados de Sevilla y Las Guásimas, ya en territorio santiaguero, son un avance demasiado tímido en comparación con lo que viene, porque la Gran Piedra intimida y roba los colores al más curtido pedalista. La cuesta, que se cierra a unos 1 200 metros sobre el nivel del mar, es el tradicional ejemplo de que para imponerse en las lomas se necesita el gen del escalador, o en su efecto, una suerte sobrenatural muy poco común.
Una combinación de ambos detalles, unido a la inteligencia y la disciplina táctica, catapultaron al ganador de la etapa (116 kilómetros), el veterano matancero Vicente Sanabria (3:12.56 horas), hombre de 43 años que en silencio flotó en el pelotón y aprovechó sus tramos de mayor fortaleza para entrar puntero y enfundarse el malliot amarillo de líder absoluto, por delante del monarca defensor José Mojica (3:13.31).
Persiguiendo el olor a goma quemada y el humo de los carros que intentaban escalar a duras penas la Gran Piedra, Sanabria y Mojica se adelantaron, exhaustos. “Llega un momento que no escuchas nada, solo los latidos del corazón, uno tras otro, y la vista se nubla por completo”, nos comentó uno de los aficionados asentados en La Pared, un tramo mortífero con cerca de 45 grados de inclinación.
“Tengo buen ritmo, giro bien y aproveché para adelantar en las partes de mayor pedaleo, las planas, porque Mojica, mi pupilo, tiene más nivel, más experiencia competitiva en el extranjero y es muy fuerte en las colinas”, expresó Sanabria, quien prometió luchar hasta la muerte por conseguir el mejor resultado con el apoyo de sus compañeros.
Por su parte, Mojica, ahora segundo en la clasificación general, dijo que Sanabria le ha enseñado mucho. “Somos amigos y en la etapa de hoy fue muy inteligente, soportó en las partes más complicadas y sacó fuerzas para lograr ventaja en los puntos de menor exigencia”.
El otro premio gordo de la fecha se lo llevó Onel Santa Clara, quien triunfó en las tres metas volantes pactadas lo cual lo coloca al frente de dicha clasificación con nueve unidades. El guantanamero lideró una notable escapada casi toda la etapa, pero en los últimos 20 kilómetros, mayormente montañosos, no pudo con el empuje de los punteros.
Este jueves se correrán 125 kilómetros entre Santiago de Cuba y Bayamo, trayecto muy irregular, de bruscos desniveles y pocos kilómetros de llano, que además incluye el premio de montaña de Puerto Moya y metas volantes en Palma Soriano, Contramaestre y Jiguaní.

















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Ruden perez dirand dijo:
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17 de febrero de 2016
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allen dijo:
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Dayrold Rodríguez dijo:
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