Monólogo dorado en la Kid Chocolate

El equipo cubano de fútbol sala derrotó este martes 5-0 al seleccionado de Curazao por la discusión del primer lugar en el torneo eli­mi­natorio mundialista del Caribe, para así conquistar de manera invicta su primera corona en este tipo de certamen.

Cubanos y curazaleños disputaron el partido con el boleto ya asegurado para el premundial de Costa Rica en mayo próximo, evento que a su vez otorgará tres cupos rumbo al mundial de la categoría que tendrá por escenario a Colombia en el mes de septiembre. Sin embargo, los de casa salieron a dominar el juego y presionar a sus rivales; fruto de ello Fernando Chapman sumó tempranamente el primer gol al marcador.

Aunque los cubanos le dieron movilidad al balón y ejecutaron varias jugadas preparadas durante la primera mitad, desperdiciaron sobre la cancha de la sala Kid Chocolate un buen número de oportunidades de gol. No obstante, se fueron al descanso con un 2-0, luego del tiro libre cobrado por Jhonnet Mar­tínez.

En el segundo tiempo Cuba fue más incisiva y agregó otros tres tantos a la pizarra, dos de ellos a la cuenta del holguinero Karel Mariño, mientras Chapman firmaba la otra diana. El conjunto visitante poco pudo hacer para evitar el despliegue de los alumnos de Clemente Reynoso, quien aseguró que sus pupilos tendrán que “ser más organizados tácticamente y perfeccionar varios aspectos ofensivos”, de cara al evento en tierras ticas.

Por su parte, en la disputa por el metal bronceado la selección de Trinidad y Tobago se impuso a su similar de Guadalupe con un ajustado marcador de 5-4 y de esta forma ganó el derecho a ir al repechaje por el otro cupo al clasificatorio mundialista frente a un equipo de Centroamérica aún por determinar.

En un trepidante partido de ida y vuelta que se podía haber decantado por cualquier bando, la diferencia la puso el capitán y figura protagónica de los vencedores, Jerwin Bal­thazar, autor de tres dianas.