ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Denia atesoró cinco de las 12 mejores marcas de la temporada. Foto: Ricardo López Hevia

La vida está llena de momentos, algunos de los cuales, en apenas fracciones de segundos, se tornan cruciales y le cambian la vida a cualquiera. La discóbola cubana De­nia Caballero tuvo varios en el ho­rizonte competitivo de su año 2015. Sin reparos me atrevería a decir que fue el de su consagración deportiva.

Nacida el 13 de enero de 1990 en Caibarién, Villa Clara, la carrera de Denia ha estado acompañada de una alta dosis de paciencia. En el 2008 ya había conseguido disparar 52 metros, pero por su alcance aún no estaba lista para irrumpir en la élite. Sonaban por aquel entonces los nombres de Yarelis Barrios, Yania Ferrales y Yanis­ley Collado. Siempre ha sido el disco una modalidad de prestigio y elevada carga de rivalidad interna. Hoy dicha prueba mantiene tal condición, máxime cuando la propia Barrios, luego de dar a luz a su hija Ivanna, decidió re­tor­nar a los entrenamientos, ahora ba­­jo la égida de Hilda Elisa Ramos.

Hablábamos de Denia y su 2015 de ensueño, con dos días que seguramente recordará en lo adelante sin pensarlo mucho: el 20 de junio y el 25 de agosto.
En la primera de esas fechas, en la española ciudad de Bilbao, llevó el implemento hasta 70.65 metros, para convertirse en la tercera discóbola cubana en superar la mítica barrera de los 70 metros. Le antecedieron la propia Hilda Elisa Ramos (70.88) y Maritza Martén (70.68). El 25 de agosto se proclamó campeona mundial en el Nido de Pájaro de Beijing. Un envío de 69.28 metros le valió la condición de primera cubana reina de la modalidad, pese a la estabilidad histórica y a la estela de cuatro podios consecutivos de Yarelis entre Osaka 2007 y Moscú 2013.

Desde el mismo comienzo de temporada, en el Estadio Panamericano, Denia había lanzado la clarinada. El disparo de 67.87 en una etapa especial de la preparación hacía presagiar la consagración: “Captó a la perfección todo el diseño del entrenamiento. Abrir de esa manera nos confirmó que podría buscar un resultado de mayor envergadura, a la vez que nos hizo priorizar la estabilidad, mantenerla físicamente óptima, sin vestigio de lesiones. Deben conjugarse mu­chos detalles para materializar un título del orbe”, sentenció su mentor Raúl Calderón.

—¿Cuáles son las principales virtudes de Denia?, le preguntamos a su entrenador.

—Es una discóbola muy rápida, alcanza una velocidad en el giro increíble. Esa explosividad la conjuga con una técnica depurada. Pese a contar con 25 años considero que está en la etapa de maestría deportiva. Capta el más mínimo detalle al vuelo. Cierro con su capacidad de coordinación, la fluidez al eslabonar su secuencia de lanzamiento. Hay un cuarto elemento que en ocasiones ha llegado a asustarme: su nivel de autoconfianza. Ha participado en competencias donde están las mejores de su especialidad y con total serenidad me dice: “Tran­quilo Raúl, que esto es mío”. Trabajar con un atleta que posee tales virtudes produce una enorme satisfacción.

—Desandando la campaña…

—La gira la inició en Halle, Ale­mania. Sus 57 metros allí pudieron traducirse como un bajón, pero la an­siedad de romper el hielo le pasó factura. Incluso, su tercer intento estaba entre 67-68, pero cometió foul. Por fortuna, solo cuatro días después despejó las dudas con un envío superior a los 65. La mayor muestra de estabilidad la dio en el Barrientos: venía de coronarse en el mitin Hengelo, Ho­landa (65.46), y con menos de 24 horas de recuperación, elevó su mar­ca personal hasta 69.51 metros. De hecho, la travesía de regreso había sido mala, le pedí que no se exigiera demasiado. Antes de lanzar realizó estiramiento con el fisioterapeuta, pero tenía motivación.

Vaya si la tenía. Logró una secuencia de tres sólidos disparos (68.52-69.51 y 67.24), que le permitieron quebrar la anterior primacía de la com­petición en poder de Maritza Mar­tén (68.26) desde el 31 de marzo de 1985. En lo adelante las muestras y mensajes de cuidado para sus rivales se sucedieron.

—¿Qué sucedió luego?

—En Bilbao ya Denia estaba entrando en forma deportiva. Es un terreno abierto el de esa confrontación y todo se conjugó perfecto, su componente técnico y el momento de sacar el brazo para el lanzamiento. El disco se montó en el aire y realizó casi toda su trayectoria bien próximo a la línea de foul. Hacia el final entró y alcanzó los 70.65.

— ¿Toronto?

—En Toronto podía intentar quebrar el récord panamericano de 66.40 en poder de Yarelis Barrios. Sucede que el círculo de lanzamiento tenía la superficie muy pulida y Denia sale muy rápido del giro. Eso la afectó un poco, pues se le adelantó el tronco y no coordinó al 100 %. En definitiva se coronó con 65.39, pero no cayó la plusmarca. Por un momento tuvimos miedo de no alcanzar el oro. Com­petía el viernes y el lunes una prima le dio la noticia del infarto de su abuela. Por fortuna llamó desde la sede a Villa Clara y le dijeron que estaba evolucionando bien. Entonces re­cobró la ecuanimidad.

—Beijing, la hora de la gloria.

—En el Mundial el orden de salida nos convino. Denia era la cuarta en lanzar y Sandra Perkovic cerraba. Si conseguía un primer disparo de relieve ese margen pondría a la croata contra la pared en el aspecto psicológico. Y así fue, tuvo un envío de 69.28, victoria sobre Sandra, que por cierto, técnicamente no es la misma. La caída de Denia fue en la fase de recuperación, ya había soltado el disco, le entró un poquito parada al segundo giro y tras el impulso final se aflojó y por eso se cayó. Pero no hubo susto, estaba bien ubicada y su mano quedó a centímetros del borde que marca el foul.

—El peso del palmarés y Río de Janeiro en el horizonte.

—Los resultados nos obligan a proponernos metas ambiciosas. Ha­blamos de luchar por el cetro olímpico. Para ello debemos crear una base fuerte acá en la primera etapa, donde frise los 65.50-66 metros. Luego diseñar una ruta crítica puntual y salir a morirnos. Es difícil estabilizarse en la élite sobre los 70 metros. En el plano físico Denia asimila dos kilogramos más (mide 1,76 metros y actualmente pesa 81 kg). Ese sería su peso competitivo ideal, sin perder velocidad y ganando en fuerza. Además, trabajaremos sobre la postura de la cadera y el tronco en la parte final de su secuencia y proyectaremos los esfuerzos para que gane un metro con el disco de entrenamiento de dos kilogramos. El resto lo posee, especialmente esa mentalidad y entrega de los atletas grandes.

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pABg0nZ dijo:

1

16 de octubre de 2015

09:57:43


Mucha suerte y éxitos para los dos en ek futuro.

Jose Luis dijo:

2

16 de octubre de 2015

10:26:50


Prefiero que entrevisten a la heroina que a su entrenado,en definitiva la campeona mundial es ella.

Rubén dijo:

3

16 de octubre de 2015

13:30:42


Cierto la campeona es ella pero detrás de todo buen atleta siempre existe generalmente un buen entrenador, creo es bueno entrevisten a los dos y reitero, aunque ella gane la medalla, detrás está quien la entrena, prepara y apoya. Saludos.

victor ramos dijo:

4

16 de octubre de 2015

18:05:47


ese título es tan complicado que, lo siento, no me leo el reportaje.