Revés sin sazón en el Marrero

Era el primer partido internacional que la selección cubana sub-23 de fútbol afrontaba en un buen tiempo, y ello se apreció claramente sobre el césped, en el desempeño de sus jugadores y en el resultado: Nicaragua ganó 1-0 el primero de los dos amistosos que am­bas escuadras disputarán en el estadio Pedro Marrero.

Ciertamente, al elenco de casa se le notó la falta de rodaje, y atravesó por varias fases —buena, mala y regular—, como matizara luego su director técnico Raúl Gon­zález Triana, en un partido desangelado, a veces cansino, a veces ríspido, que se acabó resolviendo por la vía del cloroformo, cuando en una acción puntual el extremo Bryan García gambeteó dentro del área a Adrián Diz Pe y fue derribado.

El árbitro no dudó en señalar penal y el volante Carlos Chavarría se encargó de romper el 0-0 con un trallazo inatajable para el arquero Sandy Sánchez.

Corría entonces el minuto 60 y la diana bien pudo re­sumir un encuentro que a partir de ahí sería más que todo “un quiero y no puedo” para los cubanitos, que intentaron nivelar el marcador por todas las vías, pero siguieron mostrándose poco finos con el balón en los pies.

No por gusto, finalizado el choque, Triana reconocía que lo ideal sería poder disputar más partidos para la preparación del equipo, aunque “prácticamente sin jugar, clasificamos por primera vez a un Mundial sub 20, logramos una me­dalla en los Juegos Cen­troame­ri­canos y estamos en una final preo­límpica”.

Mientras, su homólogo en el con­­­junto pinolero, el costarricense Henry Duarte, se mostró satisfecho con un resultado que le sirvió a su equipo para quitarse la resaca del revés ante Jamaica en las eliminatorias mundialistas. “Aunque no arrancamos bien, logramos ma­ne­jar el partido, trabajando mucho por los costados y tratando de te­ner la pelota”, valoró. Suyo fue, en definitiva, el primer round. El se­gundo, a puertas cerradas, se­rá es­te viernes.