Muchos aún hurgan en las causas del bajón del atletismo en los XVII Juegos Panamericanos de Toronto con respecto a Guadalajara 2011. De hecho, más de uno depositó su fe en las huestes atléticas para intentar desbancar a Brasil de la tercera plaza.
Pero ese motor autopropulsado de preseas, tiempos y marcas falló en North York. De hecho, el botín de cinco oros, tres platas y cuatro bronces distó con creces del (18-6-9) de tierras tapatías, y no solo en el orden de los metales alcanzados, también en materia de registros.
A excepción de los que se erigieron campeones, los exponentes del área de la velocidad, —casi todos establecieron nuevos topes personales, con el excelente 20.02 segundos de Roberto Skyers en el doble hectómetro como referente— y las postas largas, el resto de la legión antillana materializó rendimientos inferiores a sus registros de inscripción y a sus notas descollantes del 2015.
En ese plano de endeudamiento quedaron las ochocentistas Rose Mary Almanza (cuarta-2:01.82 minutos), quien salía con cartel de favorita luego del 1:57.70 en el Saint-Denis de París, por cierto, segundo registro del ranking mundial y Sahily Diago, quien ni tan siquiera accedió a la final y traía 1:59.91.
Andy González no contó con el remate de Veracruz en sus piernas y únicamente pudo cronometrar 1:51.14 en la doble vuelta al óvalo, muy inferiores a sus 1:46.28 que tampoco se antojaban nada del otro mundo, pues lo situaban en el puesto 78 del escalafón. Además, los discretos 3:49.06 de los 1 500 le valieron la posición 11.
En el área de lanzamientos, salvo el disco femenino y su doblete en el podio con Denia Caballero (65.39) y Yaimé Pérez (64.99), tampoco estuvieron muy ajustados los representantes cubanos: el discóbolo Jorge Fernández (quinto-62.04) volvió a padecer el síndrome de la hora cero, alejado de sus 66.50 cúspides aunque ciertamente en la presente campaña no había pasado de 62.35; el jabalinista Guillermo Martínez (octavo-74.79) continúa sin salir de su racha adversa, en tanto el debutante Osmany Lafitta (noveno-74.50) tampoco pudo hacerse justicia.
La bala hace buen tiempo no cuenta con exponentes de calidad, amén de que Yaniuvis López (17.78) y Sahily Viart (17.50) registraron tope de temporada y personal, respectivamente. Entre varones no inscribimos representante alguno. Cierro con el martillo, donde se extrañó la ausencia de Yipsi Moreno. Yirisleidys Ford (quinta-65.73) y Ariannis Vichy (sexta-65.60) tampoco fueron capaces de acercarse a sus primacías del 2015, fijadas en 72.40 y 69.92 por ese orden. Igual suerte corrió su homólogo Roberto Janet. Si bien se vistió de plata gracias a 74.78, la inconformidad lo albergó, máxime cuando exhibe 78.02.
Los saltos, que históricamente han encumbrado a nuestro campo y pista, salvo el pedigrí asegurado del triple masculino en los pinchos de Pedro Pablo Pichardo (17.54), y la reedición del cetro con récord incluido de 4.85 por parte de nuestra fenomenal Yarisley Silva pasaron sin penas ni glorias.
Se encargó la heptatlonista Yorgelis Rodríguez con su primacía de 6 332 puntos de redimir al resto de los multiplistas. Leonel Suárez es miembro incuestionable de la élite, pero en la mayor urbe canadiense afloró la deuda de entrenamiento de más de un año y medio y le pasó factura a su maquinaria competitiva en la garrocha, donde tres intentos fallidos truncaron su posibilidad de seguir compitiendo. Yordani García, pese a sus excepcionales condiciones físicas, continúa en el plano de promesa que no acaba de explotar. Esa condición la atesora desde el certamen del orbe de Osaka 2007. Ahora siquiera llegó a los 8 000 puntos y sus 7 919 le merecieron el quinto escaño. Tampoco pudo acercarse a los 8 186 que traía de Gotzis.
Cierro con el maratonista Richer Pérez y su tope personal de 2:17:04, válido para inscribirse en el Mundial de Beijing. De hecho Richer quedó a solo cuatro segundos del crono requerido para pugnar en los olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Varias causas incidieron de seguro en los resultados. La primera de ellas está asociada al hecho de que nuestros atletas adolecen de precisión para lograr sus mejores registros en el momento indicado, cuestión que puede estar asociada a una planificación no óptima, acumulación de cargas o ruta crítica competitiva con alguna fisura en su diseño.
Tampoco puede descartarse el hecho de que cualitativamente la lid de Toronto albergó un nivel superior a la de Guadalajara, a tenor con su desarrollo en etapa estival y a un mes del Mundial de Beijing. Eso marcó la presencia de muchos de los mejores exponentes de este lado del Atlántico en buena parte de los eventos, indicador expresado en 13 nuevas plusmarcas panamericanas y gran cantidad de cotas de calidad notoria.
La lid universal en el gigante asiático (22-30 de agosto) toca a las puertas. Habrá que replantearse varias cuestiones en un periodo muy breve de tiempo si se pretende mejorar la actuación de Moscú (0-1-2) hace dos años.


                        
                        
                        
                    














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Leonardo dijo:
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31 de julio de 2015
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31 de julio de 2015
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2 de agosto de 2015
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