
Más allá de una final soñada, Argentina y Chile protagonizan este sábado (a partir de las 4:00 p.m.) un duelo de urgencias históricas en la Copa América.
Ya saben: mientras el equipo anfitrión persigue un título sin precedentes que haría vibrar hasta los cimientos a la tribuna del Estadio Nacional de Santiago; la selección albiceleste lleva 22 años sin reverdecer laureles, lo que varios consideran una deuda impostergable para el grupo dirigido por el “Tata” Martino, que llega de perder también la final del Mundial pasado.
De ahí que la tensión en ambas aficiones durante las horas previas al choque sea máxima, lo que motivó que un jugador ecuánime como Javier Mascherano saliera al paso en sus declaraciones para intentar suavizar el ambiente, resaltando con sensatez el rol quintaesencial que debe cumplir el fútbol “como un divertimento y no como una guerra”.
A fin de cuentas, bastante crispación ha tenido ya esta edición de la Copa, con poco juego, muchas patadas, polémicas arbitrales al por mayor, y en consecuencia una floja actuación de casi todas sus figuras. Amén de la clamorosa ausencia de sus dirigentes (los de la Conmebol), que aún no se sabe bien si prefieren la sombra o andan escondidos.
No por gusto, dejando todo eso de lado, no es menos cierto que los dos finalistas han llegado hasta aquí por mérito propio. Argentina porque tiene una pléyade ofensiva encabezada por Messi, que ante Paraguay se soltó por fin a marcar todos los goles que no había metido hasta entonces. Y Chile, por una buena generación, que sin llegar a tener tanto cartel como su rival agrupa muy buenos futbolistas, como Arturo Vidal, Alexis Sánchez y Jorge Valdivia, y un entrenador (Jorge Sampaoli) que ha venido a consolidar la obsesiva línea de trabajo iniciada por Marcelo Bielsa.
Precisamente lo necesario para aspirar a que ambos protagonicen con pundonor un buen partido, un día después de que Perú retuviera otra vez el tercer lugar de la Copa ante Paraguay (2-0), con los tantos de André Carrillo y Paolo Guerrero, que con ello igualó al chileno Eduardo Vargas como el máximo goleador del certamen. Que el torneo de selecciones más antiguo del mundo quedase rehabilitado por un fútbol con el que Sudamérica ha maravillado tantas veces sería, sin duda, el mayor logro de esta final histórica.
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Sergio D. Hdez Lima dijo:
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4 de julio de 2015
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Yovany López H. dijo:
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MIGUEL ANGEL dijo:
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