
Fue un manual de táctica y estrategia, en el cual los cálculos de nuestros gurúes fallaron. Y con todo y el veredicto dudoso de Yasnier Toledo, aunque cueste decirlo, Los Domadores de Cuba cedieron en el fuego cruzado finalista de la Serie Mundial 4-6 ante los Astaná Arlans de Kazajstán.
La derrota, al igual que sucede millones de cubanos, aún no logro digerirla, pasa por los insospechados deslices de Yosbany Veitía (52 kg) y Roniel Iglesias (69) por la infertilidad en la cantera de asegurar un súper completo que sea simplemente eso: súper efectivo, y por la sed de venganza consumada de los kazajos.
Así se inició el cartel definitivo en el National Tennis Center con un Olzhas Sattibayev que leyó cada movimiento de Veitía, conectó mejor, emergió como orquestador de intercambios y en consonancia selló su veredict por triple 49-46 ante el púgil espirituano, quien distó de su velocidad y por ende, de su versatilidad acostumbrada.
Si hay un camaleón en el boxeo antillano ese es el pinareño Lázaro Álvarez (60 kg). Hace caso omiso del rival de turno y en la final despachó con sonada superioridad (todos los jueces votaron 50-45) a Meirbolat Toitov. Un puzzle de golpes y esquivas, aderezado con el cartel de doble titular del planeta en categorías distintas, se antojaron demasiado para el kazajo.
De nuevo el abrazo, como calco del cartel inicial y las expectativas in crescendo dada la menor calidad de los anfitriones en las divisiones del C-2. Pero una vez más el agotamiento se apoderó de los nuestros. El titular olímpico de Londres 2012 Roniel Iglesias comenzó a todo tren frente a Aslanbek Shymbergenov, con dos primeros asaltos convincentes, salvo para el canadiense Germain Tony, quien voto unánimemente a favor del Kazajo. El tercer round marcó el punto de giro: disminución en la efectividad y rapidez de sus golpeos, movimientos cargados de “arena” sobre el cuadrilátero… en fin, el mal, como también el revés por 48-47, 48-47 y 50-45.
De poner una pizca de sueño y tensión en la pizarra global se encargaría Julio César La Cruz en los 81. Tampoco faltó esta vez su danzar osado y característico sobre el encerado. Por fortuna Nurdaulet Sharmanov no le llegaba a la mitad en el barómetro de calidad al nuestro y el desenlace 49-46, 50-45 y 50-45, fueron una expresión sólida de quién dominó en el ring.
Como también lo fue luego la del súper pesado Ivan Dychko sobre Yoandy Toirac, quien debutó en esta Serie Mundial en el cartel conclusivo.
Diferencia notable en talla y alcance, además de golpeo menos eficiente bastaron para el unánime 45-50 adverso sobre el capitalino.
Así, los Arlans de astaná recuperaron su cetro de la versión 2013 y el sueño antillano de concretar la hazaña inédita de coronarse en dos versiones consecutivas de la justa quedó en solo eso: sueño.
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Alfredo Garcia Rodriguez dijo:
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21 de junio de 2015
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Svyatoslav dijo:
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pacheco dijo:
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jorge Luis dijo:
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