
La tradición del movimiento deportivo cubano es innegable. Como también lo es el acompañamiento entrañable de una afición no exclusivamente adepta, sino también conocedora. Parte esencial de esa relación pasa por los esfuerzos de la Revolución para convertir al deporte en una actividad al alcance de todos, y no una práctica excluyente, como sucedía hasta 1959.
Con el listón de calidad generalmente elevado, tomando en cuenta los estándares nacionales, los eventos deportivos en nuestro país siempre gozaron de notoria afluencia de público, fundamentalmente por la calidad de sus protagonistas. Así, el coliseo de la Ciudad Deportiva se convirtió en un hervidero de aplausos con la coronación de Jorge Hernández, Douglas Rodríguez, Emilio Correa, Rolando Garbey y Teófilo Stevenson en el Mundial de Boxeo de La Habana 1974.
A ese espectáculo se han sumado muchísimos otros: los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1982, los Panamericanos de La Habana 1991, las sucesivas ediciones de la Liga Mundial de voleibol, los torneos Villa de La Habana de esgrima…Y en el ámbito doméstico, la vital Serie Nacional de béisbol, la Liga Superior de baloncesto, los Juegos Escolares o el Memorial José Godoy de saltos, por solo mencionar varios insertados en una intensísima agenda.
Muchos han prevalecido al paso de los años, tiempo en el cual la concepción de deporte como espectáculo ha variado sobremanera, esencialmente por lo jugoso en materia de ingresos en que se ha convertido ese fenómeno en el plano internacional.
Los eventos deportivos son un show y muchas modalidades, por sus características, encierran en sí mismas una alta dosis de espectacularidad. En esa amalgama de consumo no puede despreciarse en lo absoluto el andamiaje, la infraestructura, y todos aquellos elementos, ya sean colaterales, de servicios, organizativos o de difusión, que puedan tributar a un producto más atractivo, de mayor calidad.
A tenor con nuestra realidad, el desarrollo de la actividad deportiva con una marcada dosis de espectáculo ha transitado por varias expresiones, algunas de ellas ante las innegables dificultades de infraestructura organizativa, que imposibilitan atenuar las limitaciones de carácter económico. De ahí que en muchos casos nos mantengamos apegados al guion de antaño. También pesa, en alguna medida, el declive experimentado por varias disciplinas, indicador que ha inducido a cierto distanciamiento de la afición, componente esencial en toda manifestación de espectáculo.
PERSPECTIVAS, MÁS ALLÁ DE ROLES
Remembranza, es la única palabra que con contundencia nos vino a la mente al hablar con el experimentado pívot zurdo de Capitalinos, Orestes Torres, quien trajo al presente los recuerdos de aquellas Ligas de la década de los 90 del pasado siglo: “Eran otros tiempos, otro baloncesto también, la afición estaba más identificada con los cuatro contendientes. La calidad concentrada contribuía, y en esa época también comenzaron a televisarse los play off de la NBA acá, y el deporte ganó simpatizantes”.
Ciertamente, dichos espacios de difusión televisiva han proliferado como expresión del aumento de horas de transmisión del canal Tele Rebelde. Sin embargo, la aparición de los programas Vale 3, Gol 360 y otros que se cubren con partidos del más universal, si bien inciden en el aumento considerable de simpatizantes, no conllevan a que en el ámbito doméstico los espectáculos crezcan en calidad y aceptación.
“Además, los intermedios de los partidos contaban con exhibiciones gimnásticas o de otras manifestaciones, había rivalidad y tensión en las competencias de habilidades, además de que los acróbatas de BMX y otras modalidades extremas siempre estaban dispuestos a colaborar. Algo muy importante era que nunca ponían a coincidir las finales de la Liga con la de la Serie Nacional de béisbol”, sostuvo Torres.
La doctora Gladys Bécquer, vicepresidenta del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder), manifestó en ese sentido que actualmente la convergencia de la postemporada de la pelota y el baloncesto, los dos espectáculos deportivos más seguidos del país, responde en ocasiones a dificultades financieras, a la disponibilidad de alojamiento y otras cuestiones de aseguramiento en cada territorio, al mismo tiempo que reconoció ciertos deslices en materia de planificación.
Asimismo acotó que para el 2016 el organismo rector del deporte en Cuba tiene proyectado un análisis minucioso durante el año en curso de todo el calendario, con la intención de impedir esta negativa coincidencia.
Ernesto Rodríguez, apasionado de los deportes, expresó que para los aficionados se crea una disyuntiva a la hora de decantarse por un evento en particular cuando más de dos coinciden temporalmente: “El calendario tiene que revisarse, como también la organización interna de cada torneo”, afirmó.

ALIANZAS, SINÓNIMO DE PODER
Contrario a lo que pudiera pensarse, lejos de disminuir, la realización de certámenes deportivos-espectáculo y eventos-espectáculo ha aumentado considerablemente, como los Grand Prix de esgrima y judo, la Serie Mundial de boxeo y el Cliff Diving, el Panamericano juvenil de lucha, la Copa Latina de tenis de mesa, el regreso de la Liga Mundial de voleibol, el Campeonato Iberoamericano de triatlón de la Habana, y la tradicional celebración de los Rallys automovilísticos de regularidad, por solo citar algunos.
De ahí que la necesidad de establecer alianzas estratégicas en función de construir una red de respaldo organizativo y de aseguramiento, se convierta en una prioridad.
“Para nosotros es vital esa unión que se establece por medio del Consejo de la Administración Provincial con Educación, Salud, Comercio y Gastronomía, la UJC, la radio, la televisión, Servicios Comunales. Imagina que hablamos de una media, en La Habana, de 80 actividades de diversa magnitud e impacto calendariadas al mes”, manifestó Jorge Luis Alonso Rodríguez, jefe del Departamento de Recreación Física en la Dirección Provincial de Deportes en la capital.
“Ese engranaje con el resto de las instituciones nos permite una aproximación más cercana al éxito durante la realización de las mismas. Es cierto que la visión de espectáculo no posee el matiz idóneo, y otro elemento de incidencia sería la incapacidad de la Industria Deportiva Nacional u otras entidades productivas que pudieran tributar con implementos o suvenires. Sucede que la primera transita por una depresión notoria, y justamente uno de sus roles debiera ser el de actor y facilitador para garantizar recursos puntuales de aseguramiento”, ahondó.
El espectáculo deportivo deberá darle mayor participación al sector no estatal en sus diversas manifestaciones, las cuales, aunque de una forma incipiente, ya arrojan algún saldo positivo en su vínculo con el Inder.
“No podemos estar ajenos a la actividad de los trabajadores por cuenta propia, ni de los movimientos comunitarios, ambos novedosos, tenemos que insertarnos en este mundo. Por ejemplo, hemos convocado a agrupaciones de danza de una comunidad, en gran medida por la calidad de su trabajo. Esas fortalezas que nos da el país, utilizando el procedimiento correcto, las podemos aprovechar en función del espectáculo”, comentó Bécquer, la vicepresidenta del Inder.
“Para cualquier evento se necesita un financiamiento, tal vez limitado, pero es imprescindible. Por eso hemos hablado claro con las federaciones de cada deporte, y algunas han comprendido la necesidad de ayudar con recursos. Está el caso del judo, que proporcionó el dinero para la vestimenta que acompañó las ceremonias de inauguración y premiación del Grand Prix 2014.
“Son guayaberas, que tratamos de obtener en las industrias del Estado, aunque no hubo forma de lograrlo. Pero afortunadamente encontramos la variante de los cuentapropistas, que tienen su licencia, a quienes les pagamos por los canales establecidos. Como resultado, el producto quedó perfecto”, añadió.
MIRADAS HACIA EL INTERIOR
La vida es compleja y en ocasiones, pese a tener en cartelera un evento deportivo de calidad y tradición, cautivar al público y lograr la real connotación de espectáculo se torna escabroso, sobre todo por la indiferencia de la afición, uno de los actores protagónicos en dicho paquete.
Liván López, bronce olímpico y multimedallista del orbe manifestó: “No puede reducirse un torneo de lucha de nivel como el Internacional Granma-Cerro Pelado al cartel interminable de combates, sin opciones recreativas intermedias, alguna variedad circense, musical o simplemente ofertas gastronómicas que despierten el interés. La lucha es un deporte muy fuerte en Cuba, nuestro torneo cada año gana más en nivel, con presencia permanente de Estados Unidos, Canadá y otras potencias de Europa y, sin embargo, así puramente no vende”, apuntó López.
En la misma cuerda de Liván se montó Luis Bencomo, un aficionado que prácticamente ha hecho de las ofertas deportivas su hábitat natural: “Yo continúo asistiendo a cuanto evento se programa, pero las sensaciones que experimento no son las mismas de los 90. Siento que aparejado a la merma en la calidad marcha una dosis de esquematismo, como si nos hubiésemos detenido en el tiempo. Ni siquiera la Serie Mundial de boxeo, con todo y los requerimientos que impone como competición, ha logrado cautivar a muchos. Salvo carteles muy puntuales, el coliseo de la Ciudad Deportiva sufre la ausencia de público, y eso que, al igual que la lucha, nuestro pugilismo atraviesa por un buen momento”, asevera Bencomo.
Para revertir este panorama es imprescindible desplegar todo el arsenal y descubrir las principales fortalezas del movimiento deportivo nacional. “Tenemos un pensamiento creador en aras de acercarnos lo más posible a los parámetros universales, aunque con los pies en la tierra, conscientes de los recursos disponibles en cada caso”, explicó Gladys Bécquer.
“Se entiende la importancia de hacer un evento-espectáculo con una apertura, competencia y clausura acordes con el momento actual, solo que, por ahora, no podemos pensar en poner fuegos artificiales o contar con cualquier derroche tecnológico”, añadió.
Sin que adquiera un peso considerable el elemento tecnológico, sí debe considerarse crucial la participación del público como protagonista de cualquier espectáculo. Por ejemplo, en el béisbol y el baloncesto se pueden realizar competencias de habilidades con niños talentos o exhibiciones que contemplen el desarrollo alcanzado por los más pequeños en juegos tradicionales.
Tales iniciativas posibilitarían además un acercamiento de la afición con sus ídolos en cada territorio.
Resultaría festinado pensar que sin la anuencia de los espectadores cualquier actividad de esta índole se inscribiría en los planos de lo exitoso.
Raidel Callol, subdirector provincial del área Deporte para Todos en la capital, tiene bien claro los posibles horizontes de alcance en el fenómeno: “La esencia del éxito está en trabajar todo lo que se presente con calidad, independientemente de los hándicaps. No es desconocido que alcanzar niveles idóneos de aceptación pasa por la preferencia de los públicos (el fútbol se roba los cintillos en la actualidad); el nivel de recursos y la infraestructura de complejidad que se posea; la intencionalidad y alcance presumible; el impacto y efectividad en su divulgación y la disponibilidad de una fuerza técnica adecuada.
“Baste mencionar como ejemplo que La Habana asume casi el 80 % de los eventos nacionales calendariados y el 90 % de los internacionales, de ahí la importancia crucial de una planificación milimétrica de los esfuerzos”, sostuvo el funcionario.
Es válido reconocer que la máxima dirección del país exige que los espectáculos tengan mayor calidad, y aboga por la necesidad de abrir los horizontes en la capacitación de especialistas, quienes deben tener la oportunidad de palpar las nuevas tendencias puestas en práctica a lo largo y ancho del planeta.
“Ahora mismo estamos evaluando asistir a la Gimnastrada Mundial de espectáculos en Irlanda, en la cual nuestros representantes deben observar y actualizarse sobre el desarrollo de ese tipo de eventos. Además, existe un trabajo vinculado con el Ministerio de Cultura, que nos ayuda en la formación de especialistas en dirección de eventos, a fin de que no sea empírica la organización de cualquier torneo”, afirmó la vicepresidenta del Inder.
Como es lógico, este sistema de capacitación necesita expandirse por todo el país, pues las provincias también requieren de preparación.
Tampoco sería prudente renunciar a las manifestaciones tradicionales, que en un momento determinado cautivaron a millones de espectadores, como es el caso de la pizarra humana, la cual se utiliza todavía en diversas latitudes, solo que con nuevos elementos incorporados a su puesta en escena.
“El trabajo con las fuentes lumínicas es muy llamativo, y nos falta por aprender. En los II Juegos Olímpicos de la Juventud, en Nanjing, China, ellos hicieron una pizarra humana, con luces, la cual funcionó a la perfección por la combinación de los colores y los movimientos”, reveló Bécquer, quien reconoció la importancia para Cuba de contar con abundantes recursos humanos.

EXPERIENCIAS TERRITORIALES: DAR EN EL BLANCO
La experiencia e inyección de actividad deportiva asociada al espectáculo no es exclusiva de La Habana; también en otros territorios constituye un escenario fértil hacia donde dirigir las miradas, como en el caso de Holguín, donde la población se viste de protagonista los sábados y domingos en las llamadas Noches Holguineras.
“Utilizamos los exteriores del estadio Calixto García, en los cuales creamos áreas de voleibol, baloncesto y bádminton, a las que les estamos agregando una de balonmano. También tenemos un ring fijo de boxeo, donde organizamos la final del campeonato pioneril de la disciplina una de esas tardes”, señaló Armando Rubio Hidalgo, funcionario de la Dirección Provincial de Deportes.
Igual éxito, plantea Armando, han tenido los programas ¡A jugar! realizados frente al parque beisbolero: “Uno se hizo con la participación de representantes de todas las escuelas del municipio de Holguín”, agregó.
“Cuando las Noches Holguineras no coinciden con un evento competitivo de peso, entonces planificamos y desarrollamos los llamados mosaicos deportivos, que incorporan un conjunto de las manifestaciones deportivas y de Cultura Física disponibles en los Consejos Populares”.
Por supuesto, las experiencias no son similares en todos los territorios. Mientras el Calixto busca disímiles alternativas para vestirse de fiesta, en Cienfuegos y Santiago de Cuba, la estrepitosa caída de sus novenas de pelota, y en el caso de los indómitos también el bajón de su escuadra de boxeo, provocó un distanciamiento por parte de la afición que incidió notablemente en el declinar de uno de sus principales espectáculos.
De ahí que las manifestaciones asociadas a la cultura deportiva como opción sana de esparcimiento, se hayan convertido en una estrategia complementaria alrededor de los eventos de mayor tradición histórica.
Alejandro Mosqueda Causse, subdirector de actividades deportivas en la Ciudad Héroe, señaló: “Iniciamos ya una labor conjunta con las peñas deportivas, para que ayuden a llenar el estadio e impongan al pelotero la presión de su afición. De igual forma, el sector del comercio y la gastronomía precisa mejorar el aspecto de sus dependencias en las instalaciones deportivas, y garantizar una oferta atractiva a los aficionados, que tanto en áreas interiores como exteriores incluya la venta de gorras, pulóveres y otros suvenires alegóricos a las Avispas”.
Al margen de la connotación popular de esas dos disciplinas, los santiagueros disponen de un espectáculo masivo en el llamado Deporte para Todos, a través de actividades físicas que si bien no exigen resultados competitivos, desarrollan numerosas acciones por una mayor calidad de vida.
La sala Alejandro Urgellés, la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, las ferias agropecuarias de fines de semana, Plaza de Marte, Versalles, Calle Enramada, el Bloque J del Distrito José Martí y los 32 gimnasios biosaludables, por solo mencionar algunos escenarios bien conocidos, son testigos de esa realidad.

Dichas actividades contribuyen a la captación y formación de atletas, e involucran a cerca de 3 000 profesores de Educación Física, quienes atienden 350 focos de acción en la provincia.
Por cierto, si en suelo indómito y en la Perla del Sur el espectáculo en torno al béisbol se ha deteriorado, todo lo contrario ocurre en Matanzas, quizá la plaza que mejor concebido tiene el show de las bolas y los strikes, tanto dentro como fuera del estadio Victoria de Girón, un verdadero Palacio (de los Cocodrilos).
La competitividad del elenco que dirige Víctor Mesa es crucial para atraer público, pero más allá del juego, existe un sinfín de opciones en los alrededores que permiten al aficionado, si lo desea, no entrar a las gradas y consumir igualmente el partido, rodeado de una amplia baraja de ofertas.
Con tal concepción, el castillo de naipes, lejos de derrumbarse, crece ininterrumpidamente, pues los consumidores disfrutan y se convierten en parte esencial del espectáculo con coros, cornetas, congas, siempre con mucho respeto y disciplina. El ejemplo también es palpable en Ciego de Ávila, donde la Conga de Punta Alegre lidera a una afición entusiasta.
“La Conga de Punta Alegre no puede ser abanderada de las indisciplinas y del mal hacer, incluso, hemos llegado a un estadio después de la lluvia y hemos contribuido a sacar el agua de la medialuna. Así que me resisto a la máxima de que las congas sean incitadoras de los problemas en los estadios”, señaló el promotor cultural y miembro de la conga, Fernando Rey Peñaranda.
Todo lo que engrandezca la emulación pacífica que se desarrolla en la cancha es bienvenido por la afición en aras de motivarse más por un evento determinado.
“Tuve la oportunidad de ver la final de la Liga Superior de baloncesto, tanto los partidos en la capital como en Ciego de Ávila, y las diferencias fueron abismales, sobre todo en la concepción del show alrededor de los juegos. En La Habana, el Fajardo no alcanzaba para el público, y además, no había condiciones reales que propiciaran la actividad. Al ser por la tarde y en un espacio casi abierto, se limitó por completo cualquier iniciativa con las luces, y eso mata un poco la expectación, por muy buena que sea la competencia”, reconoció Abel Trinchet, ferviente seguidor del deporte ráfaga.
Y añadió: “¿Por qué no poner los juegos en la Ciudad Deportiva, o en la Kid Chocolate? ¿Por qué no utilizar una dinámica similar a la que se aplica por requerimientos en la Serie Mundial de boxeo? Son preguntas que me hago y me cuesta entender”.
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18 de junio de 2015
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19 de junio de 2015
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3
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jorge navarro torres dijo:
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19 de junio de 2015
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