
En agosto del 2013 los taekwondocas cubanos se plantaron en Puebla, México, y dejaron con la boca abierta a la mayoría de los especialistas al conquistar un extraordinario segundo lugar por naciones en el Campeonato Mundial de la disciplina, resultado que no lograron emular en la recién finalizada lid de Chelyabinsk, Rusia.
Dos años después del rotundo éxito en la urbe azteca, algunos han salido al paso para catalogar de negativa la actuación antillana en tierras rusas, mas se deben tener en consideración muchos aspectos a fin de valorar correctamente la labor del colectivo.
El puesto 17 (dos preseas de bronces), visto por muchos como un lunar, a mi entender es el reflejo de que Cuba todavía se mantiene pujando en un escenario extremadamente competitivo, donde países de tradición como Estados Unidos (13 títulos y 81 medallas en la historia de los Mundiales), Alemania (5-50) o México (4-62), quedaron con un resultado similar o inferior a los nuestros.
ESCENARIO CAMBIANTE Y EXIGENTE
La cita del orbe acogió a más de 800 deportistas de 136 naciones, de las cuales 30 se colgaron al menos una medalla, otra vez con el liderazgo de Sudcorea (cuatro doradas y un bronce), ganadores de todos los Mundiales desde su creación en 1973, lo cual confirma su poderío, aunque ahora tampoco pudo completar una actuación arrolladora como en anteriores ediciones.
Los asiáticos, para tener una idea, conquistaron seis coronas, tres platas y un bronce (diez preseas) en Puebla 2013, y arrasaron con más de siete metales áureos en 16 certámenes universales, con particular destaque para las lides de Seúl 1989 (12), Nueva York 1993 (11), Manila 1995 (10) y Hong Kong 1997 (11). Además, no se puede olvidar su dominio absoluto de 1973 a 1985, periodo en el que ganaron 47 oros de 56 posibles.
Las cinco medallas en Rusia no quieren decir que su superioridad haya disminuido, más bien la calidad de los rivales ha aumentado exponencialmente, basados en novedosos sistemas de entrenamiento, confrontación e intercambio de experiencias y criterios en diversos escenarios, así como la competición permanente durante toda la temporada.
Estos detalles han propiciado el desarrollo de jóvenes figuras, talentos de muy poca edad que pueden acumular más de 50 combates de primer nivel, y otros casos con un centenar de peleas que, invariablemente, les permite conocer, probarse y crecer a pasos agigantados.
Chelyabinsk fue la prueba definitiva en este sentido, pues de los 64 medallistas, 40 son menores de 23 años (62.5%) y 18 ni siquiera han asomado a las dos décadas de vida (28.1%). Por si fuera poco, de los 16 titulares, nueve no han cumplido 23 abriles.
CUBA DE CARA AL MUNDO
En el calendario del 2015 están pactados 35 torneos abiertos, sin obviar las competencias de clubes o las lides continentales, propicias también para el choque de máxima calidad. Además, sobresalen las tres series del Grand Prix (Moscú, Turquía y Manchester) y su final en México.
A estos eventos, en los cuales se reúnen casi siempre lo que más vale y brilla del planeta, los cubanos tienen acceso limitado, debido a los costos de inscripción y demás gastos, aunque otros aspectos netamente deportivos también inciden en su desempeño.
La invasión tecnológica ya es un hecho en el taekwondo moderno, pues a los petos electrónicos se han sumado las cabeceras equipadas con sistemas para detectar los golpes y marcar puntos de forma automática, las cuales se precisa utilizar en los torneos y también adaptarse a su funcionamiento durante las prácticas, algo que los antillanos se ven imposibilitados de concretar.
La única vía para contrarrestar todas estas limitantes y el añadido aislamiento competitivo es la dedicación, seriedad, superación y profesionalidad en los entrenamientos y topes internos, a sabiendas del compromiso que ellos mismos se han creado tras ganar medallas olímpicas en cada una de sus incursiones desde Sydney 2000.
Pulir deficiencias y trazar estrategias precisas para no ceder un ápice cuando se tiene la oportunidad de topar es la mentalidad de un colectivo que no se rinde, sobre todo después de experimentar que de Puebla 2013 a Chelyabinsk 2015 han pasado dos años en el tiempo, pero en realidad el taekwondo ha dado un salto de casi una década.
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Ramon dijo:
1
22 de mayo de 2015
03:56:48
Luis Gustavo Casals Santos dijo:
2
22 de mayo de 2015
06:00:56
Otro Ramón dijo:
3
22 de mayo de 2015
10:54:58
Agustín Rivera dijo:
4
22 de mayo de 2015
11:01:12
osmaida despaigne dijo:
5
23 de mayo de 2015
16:24:21
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