GUANTÁNAMO.—Ahora que el calor arrecia, mucho agradecerían los guantanameros, sobre todo los niños y jóvenes, el funcionamiento de las piscinas pertenecientes a la Dirección de Deportes en la provincia, inactivas las tres durante largo tiempo por la recurrente carencia de cloro para el tratamiento del agua.
Después de una costosa reparación capital, iniciada en diciembre del 2013, el pasado 27 de febrero quedó lista la alberca docente- recreativa 4 de Abril, ubicada en 2 Oeste entre 14 y 15 Norte, en el reparto Caribe. Desde entonces acá en solo una jornada se pudo trabajar con los niños.
La falta de cloro privó a los entrenadores de natación y directivos del centro de ejecutar sus proyectos para insertar a educandos de la Escuela de Instrucción Deportiva Escolar (EIDE) y de algunos centros de la educación primaria a la práctica y el aprendizaje de la disciplina, respectivamente.
Es incomprensible que una inversión como esa, con un costo de 830 000 pesos, de ellos 135 000 en divisa, y extendida por más de un año su ejecución, después de concluida esté sin prestar servicio por cerca de dos meses debido a la falta del mencionado químico.
Desde el verano pasado tanto la piscina de la Ciudad Deportiva (aledaña al estadio Nguyen Van Troi), como la del poblado de Caimanera están inactivas, principalmente por falta del descontaminante.
Directivos del Deporte en la provincia y del municipio de Guantánamo informaron que la planta suministradora de ese producto, ubicada en Sagua la Grande, Villa Clara, estuvo paralizada, lo que impidió la adquisición del cloro. Expresaron, asimismo, que la prioridad en el suministro la tienen el sector de la Salud y el Acueducto.
La paralización transitoria de la industria villaclareña fue una situación coyuntural. Lo cotidiano, lo histórico en Guantánamo, es la ausencia del producto químico para el tratamiento de las piscinas. Sería recomendable revisar los contratos comprador-suministrador y la creación en la provincia de una posible reserva del producto para evitar situaciones como las actuales.
Lo que sí es inexplicable es que instalaciones de tanto valor para el desarrollo del deporte, la actividad física, la recreación y la salud solo presten servicio durante el verano.
Hay que apuntalar cada inversión con los aseguramientos requeridos, de manera que después de ejecutadas cumplan con la actividad para la que fueron concebidas. Vale señalar que la reparación de la alberca del reparto Caribe exigió la instalación de 12 bombas de agua y cinco filtros nuevos, cambio de las redes eléctricas e hidrosanitarias, la rehabilitación del vaso de la piscina y del canal de reboso, entre otras acciones.
Una inversión terminada que no se explota es dinero y esfuerzo perdido, son proyectos que se retrasan o no se concretan. Son hombres y mujeres que dejan de trabajar, o se emplean en tareas más bien secundarias.
Un entrenador de natación, por ejemplo, tiene como labor básica enseñar a nadar, pero si su piscina no tiene agua entonces debe dedicarse a otra actividad, no pocas veces improvisada y generadora de pérdida de tiempo e ineficiencia.



                        
                        
                        
                    














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4 de mayo de 2015
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18 de junio de 2015
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