VERACRUZ.— Arrastrados por las victorias que hacen escalar peldaños en la tabla de posiciones, hay entregas, historias, también sin límites, que se quedan en las agendas o en las estadísticas que recogen, cual fría relatoría lo sucedido en Juegos de este tipo. Sin embargo, cuando se tiene al frente a deportistas como los cubanos de la pelota vasca, que en los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe han venido a competir en la especialidad de frontón, se conoce el valor de una medalla de plata.
“Para mi es un orgullo competir por primera vez en un evento como este, ya lo había hecho en el 2011, en los Panamericanos, de Guadalajara, aquí en México, que es la meca de este deporte, no tan seguido en nuestro país como el béisbol, boxeo, atletismo o voleibol, pero en el que al igual que cualquier otro atleta dejamos la piel en la cancha”, expresó orgulloso Jhoan Torre Blanca, al terminar el partido final ante el mexicano Alberto Rodríguez, quien se agenció el título de la prueba de paleta con pelota de goma.
Ese desafío se jugó a las 7:00 p.m., pero en la mañana del domingo Jhoan y Alberto, en el complejo de raquetas de esta ciudad, compartieron la final del doble femenino, igual entre sus naciones, con una conversación que trascendió el tiempo de juego de las muchachas, una plática que encontraba a dos buenos amigos.
“Nos conocimos en el 2011, en Guadalajara, y tenemos un bonita amistad fruto de la rivalidad en varios torneos, como el pasado campeonato mundial en Toluca, donde él fue campeón. Siempre hablamos de su país, del mío, de gustos o aficiones, y claro de frontenis. Es un lujo tener de amigo al mejor jugador del planeta y él me trata como si yo tuviera ese rango”, dijo Jhoan.
En esta ciudad fueron convocadas solo cuatro pruebas de la pelota vasca, el frontenis y la paleta individual y por equipos, ambas con pelota de goma, las especialidades donde México es monarca del orbe. Y justamente, la manera de enfrentar esa calidad es la que hace grande a los jugadores cubanos, reconocidos por sus avezados rivales como los oponentes de más seriedad, no solo aquí, que de hecho son los únicos que oponen resistencia, sino en los mismísimos certámenes del orbe.
La matancera Yusmari Medina y la pinareña Lisandra Lima, que se colgaron las medallas de plata al caer 2-0 ante la dupla de Guadalupe Hernández y Ariana Cepeda, titular del orbe, habían disputado ese duelo en la final del pasado campeonato mundial con balance de 2-1 a favor de las mexicanas, solo que en el último parcial las antillanas iban delante en el marcador 8-6 y cayeron 8-10. “No pudimos hacer lo mismo aquí, son excelentes, además de que Lisandra no se ha recuperado de una lesión que sufrió durante la competencia”, comentó Yusmari.
De las cuatro finales previstas en el calendario de esta disciplina, Cuba y México dirimieron tres, incluyendo la del doble masculino de frontenis y aunque los pelotaris regresan con los premios de plata, hicieron que esta brillara tanto como el preciado metal, no solo por la probada calidad de estos atletas en edad juvenil, sino por el cariño que se ganaron entre sus adversarios y el público que siempre llenó las graderías de la instalación.
Uno de esos gestos mostró a Johan como todo un caballero en la cancha cuando en semifinales disputó el pase a la porfía por la presea dorada frente al guatemalteco Juan Blas, un joven que con una prótesis en una de sus piernas se mueve cual felino entre las tres paredes, a quien el cubano no le impuso un intenso ritmo de juego para disfrutar junto a él esta fiesta deportiva de Centroamérica y el Caribe.
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victor ramos dijo:
1
24 de noviembre de 2014
18:33:29
Oscar Garcia dijo:
2
24 de noviembre de 2014
20:24:28
Oscar Garcia dijo:
3
24 de noviembre de 2014
20:25:20
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