ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El artemiseño Jonder Martínez se ha convertido en la principal carta de triunfo del staff yumurino. Foto: Abel Montes de Oca

Matanzas.— A los 36 años de edad y me­tido en su décimo novena serie nacional, el derecho Jonder Martínez no desiste del propósito de representar nuevamente a la Patria y de conseguir su tercera corona nacional con tres equipos distintos.
“Fui campeón con La Habana y Villa Clara, y algo me dice que este año Matanzas tiene las de ganar. Haré todo lo que esté a mi alcance para contribuir a esa noble y añeja aspiración de los matanceros”.

Con balance de seis victorias sin derrotas, y 3,11 en promedio de carreras limpias, Jonder clasifica entre los más destacados lanzadores de la actual campaña y se refuerza como uno de los pitchers cubanos más efectivos de la actualidad.

Junto al zurdo Yoanni Yera, con igual cantidad de victorias, es responsable en buena medida del lugar cimero que ocupa la escuadra matancera en la 54 Serie Nacional de Béisbol.

Campeón de los Juegos Olímpicos de Atenas, integrante del team Cuba al Primer Clásico de Béisbol, y autor de un juego de cero jits cero carreras, son algunas de las hazañas de este consagrado lanzador, quien este año llegó a su victoria 140 y sobrepasó los 1 500 ponches.

A solo unas horas de encaramarse en la lomita para enfrentar al siempre difícil equipo de Industriales, interrumpimos por unos minutos su preparación en el estadio Victoria de Girón. De hablar pausado y en voz baja, Jonder Martínez reveló enseguida su carácter afable y el espíritu convincente que lo define como atleta.    

—Una pregunta obligada ¿por qué con los Cocodrilos de Matanzas?

—Para estar junto a mi actual esposa, quien es natural de esa provincia.

—¿Cuánto pesa representar a otro territorio y dejar el lugar donde te formaste como atleta?

—Es bien difícil. Estuve en 15 temporadas con La Habana y tres con Artemisa. Allá tengo muchas amistades y miles de aficionados que me aprecian y admiran. Me siento muy bien en Matanzas, pero no olvido a la gente de mi tierra natal, especialmente a mis dos hijas y a mi madre.

—¿Cuáles son a tu juicio las debilidades más claras de los lanzadores cubanos?

—La falta de concentración y el descontrol. Aunque cada uno tiene características muy suyas, por lo general nuestros pitchers se mueven mucho alrededor del box y, además de gastar energía, pierden la visualización del home. Aparte de eso, creo que el peor enemigo de un lanzador es la ansiedad por tratar de hacer bien las cosas.

—¿En qué consiste tu arsenal de lanzamientos y cuál consideras tu arma favorita?

—Recta, curva, slider, bola de nudillos y cambios en recta y curva. Ahora bien, mi repertorio no sería nada sin un buen control, y hablo no de tirar bolas por el centro del plato, sino de dominar el strike de calidad, es decir, de poder lanzar en las esquinas.

—¿A cuáles de los bateadores cubanos te resulta más difícil sacarle out?

—Frederich Cepeda, un pelotero con una excepcional zona de bateo, que rara vez se va con la bola mala.

—¿Qué opinión te merecen los refuerzos y la posibilidad de que algunos peloteros defiendan los colores de otras provincias?

—Ayuda al desarrollo de esos atletas y a fortalecer a los equipos más débiles. En el caso de los refuerzos acrecienta la rivalidad en la etapa final, claro, siempre y cuando consigan engranar con los atletas y la dirección del conjunto. En ese sentido me considero un afortunado y guardo muy buenos recuerdos de mi paso por Villa Clara.

Dijo que continuará en el béisbol activo hasta que se sienta con fuerzas y el brazo lo acompañe, y que nunca, esté donde esté, olvidará a su gente de Zayas, su pueblecito natal. “Allí me hice pelotero, junto a mis primos, corriendo por los potreros y sorteando el marabú”.

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