Artemisa ya no gana por casualidad en la pelota cubana. Sus triunfos y posterior clasificación en la pasada Serie Nacional, así como el cetro en el Torneo Sub-23 son muestras evidentes de que hay un trabajo serio y evolucionado en el territorio, cuya máxima aspiración es incluirse entre los cuatro punteros del actual clásico de las bolas y los strikes en su versión 54.
Su última sonrisa, con pizarra de 5-4, llegó en Santiago de Cuba, donde arremetieron contra las Avispas con un bateo oportuno, en el cual el patrullero Juan Carlos Torres llevó la voz cantante con cuatro remolques, tres de ellos por enorme cuadrangular al central con dos corredores en circulación.
La carrera definitiva se produjo gracias a otro vuelacercas en el sexto de Osmel Fraga, todo frente a los envíos del novato Yoandri Montero, perdedor del encuentro, aunque solo permitió cuatro inatrapables, con cinco ponches y un boleto.
No tan dominante estuvo el estelar Miguel Lahera, quien toleró un castigo de diez cañonazos pero supo meter el brazo y aprovechó la escasa productividad de la artillería indómita, que dejó a 12 hombres flotando en las almohadillas.
Lahera caminó cinco capítulos y del resto se encargó el bullpen de los Cazadores, particularmente Israel Sánchez y José Ángel García, este último merecedor del juego salvado, su sexto de la temporada, que lo reafirma como el líder histórico de ese departamento.

En el otro pleito nocturno, los Tigres avileños cortaron el ímpetu de Guantánamo en sus predios con nocaut 13-3, a pesar de que su abridor, el zurdo Ariel Díaz, no pudo sostenerse en el box más allá del segundo episodio.
Los pupilos de Roger Machado tomaron temprana ventaja por jonrón de Humberto Morales, pero los Indios del Guaso retomaron el dominio del marcador gracias a triple de Leonelkis Escalante y sencillo de Yoelkis Baró, quien propulsó dos compañeros al plato.
Pero fue solo un espejismo. Los Tigres no creyeron en la entusiasta afición del Van Troi y desplegaron todo su arsenal, aprovechando la salida del abridor guantanamero, Frank Navarro, quien los mantenía en un puño.
Pero sus relevos tuvieron un recibimiento aciago, al punto de permitir seis carreras en el sexto, cuando se combinaron inatrapables productores de Yorbis Borroto, Humberto Morales (remolcó tres en la noche) y José Adolis García, además del descontrol de los lanzadores orientales.
Ya en el octavo los avileños decretaron el fuera de combate con otras cinco carreras, mientras desde el montículo Víctor Baró se apuntó el éxito con salida de cuatro entradas en rescate del referido Ariel Díaz y su sucesor Yadir Rabí, sin armas para frenar a los del Guaso en los inicios del pleito.
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