
SANTA CLARA.— Ermidelio Urrutia no ha dado nunca la espalda al béisbol. Al principio de su carrera muchos lo observaban escépticos por su físico nada impresionante comparado con los grandes sluggers que imponían respeto en la nación tres décadas atrás. Sin amedrentarse, el patrullero calló bocas con enormes batazos y probó su estirpe de estrella.
En su vida ha tratado de superar retos amparado en calidad, conocimientos y exigencia. Ahora, con 51 años de edad y luego de varias campañas alejado de la dirección en nuestras series nacionales, Urrutia regresó al mando de los Leñadores tuneros, a quienes ya ubicó en puestos de avanzada en el pasado.
“No estoy porque quiero, las tareas aparecen y hay que tener responsabilidad para cumplirlas. Este es un grupo que invita al optimismo, yo digo que son los hijos de los Leñadores y como tal, también pueden hacer historia”, aseguró a Granma el mentor, cuya misión consiste en colocar a la novena entre las ocho clasificadas.
Para ello, ya no cuenta con Osmani Urrutia, Alexander Guerrero, Joan Carlos Pedroso y Henry Urrutia, componentes de una temida maquinaria de bateo que también integraban los todavía activos Danel Castro, Yosvani Alarcón, Yordanis Scull y Andrés Quiala.
“Muchos de los peloteros que tenía en mi anterior etapa no se encuentran en el país, otros se han retirado, sin embargo, lo más importante es mirar el material que tenemos ahora, los que saltan al terreno diariamente en este ciclo, todos están muy motivados y esperan dar un alegrón a los seguidores de Las Tunas”, destacó Ermidelio.
Si bien el elenco oriental quedó a las puertas de la clasificación el año anterior, avanzar no es una meta sencilla, máxime cuando se arrastra cierto déficit de preparación. “Nosotros tuvimos una primera parte de adiestramiento muy buena, pero ya en la segunda aparecieron algunas complicaciones porque nuestro terreno no reunía las condiciones necesarias para entrenar.
“Eso nos golpea un tanto, sobre todo en lo defensivo, en lo que no pudimos trabajar alrededor de 20 días. Tenemos una deuda importante en lo referido a capturar rollings y ensayar la mecánica. Ese tiempo perdido ya no se recupera, porque en la Serie se reducen considerablemente las sesiones de entrenamiento, más cuando juegas tantos desafíos de día y no puedes practicar. En este punto, la única opción es mantener una línea de trabajo, amortiguar las deficiencias y pulirlas poco a poco, pues no hay dudas de que la defensa tiene un papel determinante en el desarrollo de los partidos”, explicó el otrora estelar toletero.
Dicho hándicap se ha notado levemente en el inicio de la actual temporada, pues acumulan ocho errores en nueve pleitos, aunque presentan balance positivo por el despliegue ofensivo y la buena labor de un cuerpo de lanzadores comandado por figuras experimentadas y otros jóvenes valores de perspectivas.
“El bateo no es un renglón que nos preocupe, sabemos que este colectivo puede acercarse al average de 300. Ese indicador no es la esencia del béisbol, de nada te vale exhibir un promedio bárbaro y no impulsar carreras. Aquí cada cual tiene su misión, no podemos exigirles lo mismo a todos los jugadores, así fabricaremos carreras con mayor facilidad”, señaló Urrutia, partidario de mover a sus elementos, en especial a los inexpertos, para que se mantengan en forma y estén listos para salir en cualquier situación.
Sin dudas, una apuesta sabia de un profundo conocedor del béisbol, quien elogió la reciente celebración del torneo sub 23. “Si ahora se encontró una solución con el sub 23 tenemos que mantenerlo, apostar abiertamente porque ese sea el eslabón en el cual los peloteros más jóvenes puedan jugar y desarrollarse”, concluyó.

















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Olmes dijo:
1
4 de octubre de 2014
13:22:38
Jorge rodirguez dijo:
2
4 de octubre de 2014
20:17:37
Rey dijo:
3
5 de octubre de 2014
18:01:54
yankier dijo:
4
7 de octubre de 2014
08:59:05
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