
Anualmente escuchamos, leemos y vemos múltiples casos de renombrados deportistas que de la noche a la mañana pasan del estrellato y la adulación al camino del ostracismo provocado por el dopaje, ese oscuro laberinto que conduce al estrepitoso final de doradas carreras deportivas repletas de marcas y títulos.
Estas luminarias no solo pierden el derecho a competir por largos periodos de tiempo, sino que además ven considerablemente degradada su imagen frente a la opinión pública internacional, y sobre todo ante la niñez que los sigue como ejemplos.
No por coincidencia, casualidad o fortuna son tan pocos los casos de cubanos que alguna vez se han visto envueltos en este tipo de escándalos, pues en nuestro país se lleva a cabo una acuciosa campaña antidopaje, por medio de la cual se educa al deportista, y por ende, se limitan al mínimo eventuales resultados positivos por consumo de sustancias prohibidas.
La tradición y limpieza del movimiento atlético cubano se ha mantenido por años y el objetivo es conservarlas durante la actual temporada, cuyo epicentro está ubicado en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz, México, del 14 al 30 de noviembre, donde jóvenes en su mayoría, casi sin experiencia en la arena internacional, defenderán el liderazgo regional.
Para evacuar cualquier duda o inquietud respecto al estado de nuestros atletas, Granma sostuvo un interesante intercambio con el MSc. Rodny Montes de Oca, director del Laboratorio Antidoping de La Habana, y Yahumara Castro Gutiérrez, jefa de la Brigada Nacional Antidopaje, quienes garantizaron la absoluta limpieza de los competidores, tomando como referencia los controles generales ya realizados.
“No existe riesgo alguno de dopaje. Todas las muestras analizadas fueron negativas y ni siquiera tenemos atletas en seguimiento, esos que por una u otra razón presentan sustancias dudosas y se les realiza un estudio más profundo para determinar las causas de la aparición de agentes extraños”, explica Montes de Oca.
“De cualquier forma, realizaremos otros dos controles a todos los miembros de la delegación, uno en septiembre y el último a finales de octubre o principios de noviembre, a fin de garantizar que lleguen a los Juegos totalmente limpios”, añade el director del laboratorio capitalino.
GUÍA EN MANO PARA ATLETAS

Como tendremos una delegación tan joven en la venidera lid multideportiva en suelo azteca, no solo se ha cumplido el régimen de controles, sino que también se ha fortalecido la labor educativa, para evitar que se cometan violaciones desde la misma recolección de las muestras, proceso en el cual existen reglas inviolables.
“Ellos necesitan conocer el protocolo, sus deberes y derechos, y los pasos a partir de la notificación de un control. Se precisa de privacidad en los salones, un grupo de materiales entre los cuales ellos puedan escoger dos frascos para las muestras A y B, así como un correcto sellaje de esos recipientes, pues cualquier irregularidad puede provocar la alteración de las muestras”, revela Montes de Oca.
“También se precisa de responsabilidad, porque entre sus deberes está presentarse a tiempo y en forma a los exámenes. En caso de no hacerlo, se les declararía dopados automáticamente, lo que significaría echar por tierra meses de entrenamiento y dedicación”, argumenta la doctora Gutiérrez.
Todas estas orientaciones se les dan no solo a los atletas, sino también al personal médico que los acompaña la mayor parte del tiempo, el cual debe velar además por una serie de cuestiones relacionadas con los alimentos, la ingestión de suplementos, bebidas energizantes o cualquier otro producto una vez que se encuentren en la competencia, ya que puede existir contaminación.
“Es importante prevenir, alertar, porque mientras estés en la Villa eres un atleta en competencia y los controles pueden aparecer, incluso, días después de tu participación en el evento. Por ello, independientemente de las relaciones que establezcan con deportistas de otros países, deben mantenerse consumiendo los alimentos certificados que les suministran allí, y tener constante comunicación con los médicos sobre cualquier otro producto que reciban, porque hasta un chicle, un caramelo, puede estar contaminado”, argumenta la jefa de la Brigada Nacional Antidopaje.
EL PRIMER ESLABÓN DE LA CADENA
A simple vista, puede parecer sencilla toda esta labor cautelar, pero se precisan de muchos elementos para mantener engrasada la maquinaria educativa y de control, que garantice la formación de atletas responsables, con una adecuada cultura antidopaje.
Por ejemplo, la Brigada Nacional, suscrita al Instituto de Medicina Deportiva y al Comité Olímpico Cubano, ha desplegado personal especializado en todas las provincias, el cual tiene la opción de superarse mediante cursos actualizados con las últimas tendencias.
“Su objetivo radica en enseñar a los atletas, desde aquellos que ya integran selecciones nacionales hasta los muchachos de las categorías inferiores u otros en crecimiento y formación en las EIDE, porque justo en esas edades resulta mucho más productivo el aprendizaje de los riesgos del doping y las medidas para prevenirlo”, asegura Gutiérrez.
Sin dudas, el hecho de contar con estos mecanismos ha posibilitado a nuestros atletas mantener una imagen intachable en los certámenes internacionales.

















COMENTAR
Responder comentario