
No eran D’Artagnan, Athos, Porthos ni Aramis desde luego, pero de algún modo se les parecieron y con sus precisas estocadas, Francia conquistó el título del florete por equipos del Villa de La Habana 2014 frente a Rusia en el recinto ferial Pabexpo.
Lo hizo con el prometedor Enzo Lefort (número seis del mundo), el sereno Vincent Simon (30), el rubio Julien Mertine (44) —que ya se adjudicó el cetro individual del torneo en 2012— y sobre todo el zurdo Erwan Le Pechoux (26), quien vivió una tarde mágica, quizás la más inspirada de su carrera hasta el sol de hoy.
Tan inspirada que le petit homme (el pequeño hombre), como apodan en su país al menudo espadachín, obró más de un milagro. Con Francia al borde del precipicio frente a Polonia en cuartos, rubricó cuatro touchés seguidos para sellar una victoria reñidísima (45-44) y luego en semifinales, cuando perdían 30-40 ante Italia, se encargó de protagonizar otra remontada increíble, ensartando a Andrea Baldini, el octavo hombre del ranking, nada menos que quince veces y recibiendo un único toque en contra.
En la discusión del oro, huelga decirlo, no aflojó el nivel y supo mantener a raya a oponentes como Alexey Cheremisinov y los zurdos Renal Ganeev y Dmitri Rigine, quien un día antes se había consagrado monarca del florete individual sobre el sorprendente japonés Yuki Ota.
De ahí que el entrenador galo Franck Boidin se mostró exultante con su discípulo. “Ciertamente debemos quitarnos el sombrero ante Le Pechoux, porque se ha sacado el extra de los campeones y lo que hizo en la semifinal fue portentoso”, comentó poco después del triunfo, aunque igual destacase la solidaridad y la empatía que primó entre todos los miembros del equipo.
Asimismo, se declaró “satisfecho con el resultado porque Rusia es un equipo muy fuerte”, y explicó que la táctica que adoptaron fue “salir con agresividad y estar siempre en constante movimiento para subyugarlos con esa presión”.
Volviendo sobre lo acontecido en la final, sin embargo, cabe matizar que la tarde extraordinaria de Le Pechoux fue también la tarde negra de Cheremisinov, pues la séptima hoja del orbe no pudo mantener el ritmo de sus tres rivales en ningún asalto —apenas pudo propinó cinco toques por 15 en contra—, se luxó un dedo en un lance, fue amonestado por empujar al contrario y fue quien soportó, en definitiva, el toque de gracia del francés. Su cara al término de la jornada, lógicamente, era un poema.
Por lo demás, Estados Unidos finalizó tercero, tras derrotar 45-42 a la squadra italiana, y Cuba ancló bien lejos, luego de perder con Venezuela (45-44) en su primer y único enfrentamiento.

















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Ramon dijo:
1
27 de mayo de 2014
17:57:37
Esperanza Sanchez Ortiz dijo:
2
28 de mayo de 2014
09:21:00
Carol dijo:
3
28 de mayo de 2014
16:08:26
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