Y ardió Munich y hubo goleada, como había predicho Rummenigge, pero del Allianz Arena el único que emergió incólume de las llamas fue el Real Madrid, pletórico y feliz entre las volutas blancas de los cuatro goles con que demolió al Bayern, para marchar por fin en pos de su 'Décima' Copa de Europa el 24 de mayo en Lisboa.
El fútbol suele ofrecer vuelcos irónicos. Por eso es tan peligroso verter comentarios incendiarios como hizo el directivo del club alemán para calentar una semifinal que ya el conjunto merengue había comenzado a cocinar a fuego lento en el Bernabéu, con el 1-0 de la ida.
Entonces el técnico italiano Carlo Ancelotti le ganó la partida táctica a su homólogo Pep Guardiola: sin tener casi la pelota, su equipo generó mucho más peligro que su oponente, mientras el conjunto bávaro con un juego cansino y monótono, apenas gozó de un tiro a puerta durante el encuentro, sin rastro del clásico empuje alemán.
Pero este martes la lección fue mucho más abrumadora. No solo el Madrid volvió a dejar seco en ataque a su rival otros noventa minutos, sino que encima se comportó como un auténtico vendaval ofensivo, mezclando el control del balón con letales contragolpes, para liquidar la eliminatoria en poco más de media hora. Justo el tiempo que le tomó anotar tres goles.
Los dos primeros, en cuatro minutos (16' y 20') resultaron muy parecidos —uno en saque de esquina y otro tras un centro de falta—y tuvieron por rematador a Sergio Ramos, que con ese doblete de cabeza se resarció al fin de aquel penal que mandó al limbo hace dos años en otra semifinal ante los alemanes.
No por gusto, una vez concluido el encuentro, el central andaluz afirmó: “La Champions me debía una, sobre todo contra el Bayern”.
Con la eliminatoria resuelta, sin embargo, —pues el 2-0 obligaba a los locales a marcar cuatro— faltaba todavía la exhibición de Cristiano Ronaldo, quien remató al minuto 34 con total parsimonia una obra maestra del contraataque, tras una buena combinación de la BBC, con Karim Benzema y Gareth Bale.
El astro portugués, además, aun se adornó en los chispotazos finales del encuentro con otra genialidad: un gol de tiro libre que filtró por debajo de la barrera para proclamarse dueño absoluto del récord de goles en una edición del certamen europeo, con 16 tantos, tras deshacer el empate a 14 que sostenía con el argentino del Barcelona Lionel Messi (2011-2012) y el brasileño del Milan José Altafini (1962-1963).
Una verdadera guinda para coronar la victoria rotunda y redonda con que el Madrid emergió rozagante de su infierno particular: con 19 derrotas, seis empates, solo dos victorias y 63 goles en contra en sus visitas a Alemania, el elenco español nunca había ganado en la casa del Bayern. Hasta hoy.
Nadie sabe qué pasará en la final ante el rival que emerja este miércoles de la otra semifinal entre el Atlético de Madrid y el Chelsea, pero —aunque no pueda contar entonces con una piedra angular en su mediocampo como Xabi Alonso, por acumulación de tarjetas— lo más seguro es que el Madrid, tras reducir a cenizas a su Bestia Negra, sueñe ahora mismo con soplar las velas de su ansiada “Décima” en el Estadio Da Luz de Lisboa, doce años después de haber conquistado la Novena con aquella mágica volea de Zinedine Zidane.
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manuel rojas vigoa dijo:
1
29 de abril de 2014
23:43:04
Roberto Zarza dijo:
2
30 de abril de 2014
07:13:03
alix dijo:
3
30 de abril de 2014
08:08:41
Julio dijo:
4
30 de abril de 2014
09:07:39
Jorge Campos dijo:
5
30 de abril de 2014
10:42:48
cubanoreal dijo:
6
30 de abril de 2014
11:24:24
fernando dijo:
7
30 de abril de 2014
12:03:19
fernando dijo:
8
30 de abril de 2014
12:03:51
El Viejo dijo:
9
30 de abril de 2014
12:44:52
pocho dijo:
10
1 de mayo de 2014
10:41:44
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